Programa Por las Plazas con las Madres 05-06-25

Y no te pierdas de nada.

Buenas tardes, ¿cómo están? Estamos comenzando el programa por las plazas con las madres, este programa de la Asociación Madres de Plaza de Mayo filial Tucumán.

Y voy a comenzar leyendo un texto escrito por Alfredo Grande para la agencia de noticias Pelota de Trapo y que tiene que ver, me parece a mí, con el tema que vamos a desarrollar hoy.

Se titula Los niños viejos.

Dice, la vejez es ese momento donde hay poco futuro y demasiado pasado.

Alguna vez leí que vivir es construir futuros recuerdos y los recuerdos en su abundancia sostienen el presente y uno es lo que fue.

Por eso hay un hilo conductor entre niñez y vejez.

Los recuerdos no son lo que pasó, sino lo que recordamos que pasó.

Puede o no coincidir, al menos totalmente.

Freud habló de recuerdos encubridores, o sea, cada uno recuerda lo que quiere recordar y lo recuerdo en versión editada.

Quizás ese sea uno de los fundamentos de la frase todo tiempo pasado fue mejor, porque todo pasado es poblado de recuerdos cuidadosamente seleccionados.

Cuidadosa e inconscientemente relacionados.

¿Qué pasará con la vejez cuando no haya recuerdos que seleccionar? O peor aún, cuando los recuerdos nos indiquen que todo tiempo pasado fue peor, aunque el tiempo presente no sea mejor.

¿Cómo queda a la vista aún de la progresía más hipócrita frente al ataque cobarde a jubilados y jubiladas? Muchos jubilados y jubiladas pueden recordar tiempos mejores, no digo felices, al menos contentos.

Me imaginé una vejez poblada de recuerdos amargos, recuerdos desgarradores, recuerdos terribles.

¿Qué harán los recuerdos de las niñas y niños de la hambruna, del frío que lastima, del calor que sofoca, de todas las formas de intemperie? ¿Será una vejez con poco futuro y sin pasado? Todo tiempo pasado no fue mejor, no sé si peor, pero sí sé que fue un pasado desbastador.

Y continúa Alfredo Grande diciendo, la idea de una vejez que no tenga recuerdos a qué recurrir me aterra.

Las niñas y niños de hoy, las niñas y niños de los pueblos originarios, las niñas y niños de nuestro conurbano, las niñas y niños de Gaza, ¿tendrán una vejez poblada de recuerdos atroces? No podrán, y sobre todo no querrán, recurrir a ellos para compensar la escasez de futuro.

Algún cínico de los que hoy abundan me dirá difícilmente, lleguen a viejas y a viejos, aunque la muerte es más digna que la canalla que dirige este gobierno de ocupación.

Quizás hayan organizado una operación recuerdo de tal modo que todo refugio, aún el de la memoria, sea devastado.

Como no son cínicos, no podrán fingir demencia.