Un radiotelevisión española presenta anteriormente...
¿Por qué no le dijiste lo que me acabas de contar?
Ricardo, no podía decirle que me fui porque me antepuse a mi propio hijo y
prefería a otro hijo antes que a él. Saber eso lo destrozaría para siempre.
Tenemos que empezar a despedir a miembros del servicio.
¿Ha hecho la lista que le pedí?
No, señor.
Le sugiero otro arreglo.
Pongo mis ahorros a su entera disposición.
Hanna lograba abrir la puerta de la habitación secreta.
Entraba por un oscuro pasillo con una vela.
Escuchaba a través de la salida de la chimenea.
¿Usted no se pusiese cómo se está poniendo?
Me pongo como me pongo, porque es que no tenías que darle nada a Catalina.
Tu heredero es Manuel, no ella.
Se le caía la vela.
¿No habéis oído de eso?
¿A qué?
Cruz miraba a la chimenea.
Verá, no es un asunto mío.
Pero necesito decírselo.
¿A mí?
Sí.
¿Qué es lo que te ha dicho Curro?
Pues por algún motivo se ha creído con la potestad de sugerirme amablemente que vuelva a Suiza
y allí vuelva a estudiar Derecho.
Pero no quiero seguir hablando de este tema, así que, si me dispensan, me voy.
Ángela se iba enfadada.
Desde el principio me pareció mala idea.
Si hay algo que detesto es el te lo dije.
Quiero que sepáis que ha aparecido un comprador.
Yo, como propietaria del 25% de la promesa, no quiero que se venda ninguna parte de ella.
Padre, vendamos el Palacio de Madrid.
¿De qué me sirve que mis hijos tengan un palacio si se hunde la familia?
Usted me preguntó que si había algo romántico entre el padre Samuel y una servidora.
O sea que sí que lo hay.
Es que estoy enamorada de ese hombre hasta las trancas.
Y sé de sobra que es un amor imposible.
Lo siento, pero no puedo.
Yo no puedo permitirme seguir pagando una pensión para nada.
Yo me haré cargo de ese gasto.
Está bien.
Pero con una condición.
Hannah llevaba curro a la habitación secreta.
No recuerdo nada, ni reconozco nada, no.
Pero a lo mejor podéis intuir algo o se te puede ocurrir algo.
Bueno, sí sé de alguien que podría decirnos mucho sobre este lugar.
¿Quién?
Hannah lo miraba intrigada.
Ahora...
¿Que quién puede ayudarnos?
Ramona.
Ramona es la clave para todo esto.
Hannah, mira, si hay una persona que puede ayudarnos a entender todo esto es ella.
Ella y el marqués, pero claro está que por razones obvias no vamos a preguntarle a mi padre.
Curro, a lo mejor Ramona nunca ha estado aquí.
Sí, pero seguro que sabía de su existencia.
Ella era la persona que mejor conocía a madre.
Es verdad que le confiaba muchos de sus secretos, sí.
No, le confiaba a todos.
Y dime, ¿qué mayor secreto?
¿Qué lugar en el que se encontraba de forma clandestina con el marqués?
Curro, no lo sé, pero creo que tenemos que seguir investigando por nuestra cuenta.
¿A dónde vas, Hannah?
Espera un momento.
Hannah abre un escritorio lleno de polvo y saca del interior el fajo de cartas y notas
escritas por Dolores al marqués.
Vuelve a la cama con su hermano y le ofrece una de las cartas.
¿Reconoces la letra de madre?
Curro la mira con atención pero niega aturdido.
No lo sé, sí, de primera no...
Curro, tú tuviste la oportunidad de leer la carta que dejó en casa de Ramona.
Sí, Hannah, pero eso fue hace mucho tiempo.
No tengo tanta retentiva, no...
No podría asegurarte que aquella misiva y estas cartas fueron escritas por...
por la misma persona, no lo sé, lo siento.
Está bien, no pasa nada.
De todas formas, a lo mejor ni siquiera Ramona pudo reconocer esta letra.
Curro, ella está muy mayor.
Y la verdad es que...
le va fallando la memoria, así que no creo que sea buena idea hablar con ella.
Sí, Hannah, pero igual sí que sabe algo sobre la ropa que hay en esta habitación.
De la cunita.
Hannah, por favor, estoy convencido de que ella puede aportarnos algo de luz en todo esto.
Curro...
¿Qué perdemos al preguntarle?
No perdemos nada.
Vamos a pensar en otras alternativas.
Curro frunza el ceño y resopla angustiado.
Mira a Hannah con gesto interrogante.
¿Manuel sabe algo de esto?
Manuel está muy preocupado con todo el tema financiero de la promesa y...