La promesa 568 #audesc

Radiotelevisión Española presenta anteriormente Es por Antoñito. Se encuentra en la habitación del padre Samuel y de curro.

¿Pero cómo ha terminado aquí? Si este tiene que ser el último sitio donde él quisiera estar, ya sabe, por la madre.

Porque me lo encontré inconsciente y con una borrachera de hórdago. Si todavía no se ha despertado.

Organizar una boda tiene que ser una cosa de dos y parece que últimamente estás tomando tú todas las decisiones.

Te puedes aclarar. Porque antes el problema era que no estaba implicada en la organización de la boda y ahora el problema es todo lo contrario, que sí que lo hago. No, que si lo haces sin mí.

Perdóname si te he dado la sensación de que no te tengo en cuenta.

En la promesa hay gente que todavía te necesita. ¿Vas a abandonarlos? No, claro que no. No hace falta que te vayas ahora. Solo cuando tú sientas que estés preparado.

¿Has conseguido hablar con don Pedro Farré? Todavía no.

Pero sí he conseguido que una de mis amistades me dé el contacto de un íntimo amigo suyo.

Le he explicado la situación y le he dicho que informe a don Pedro.

Es un primer paso de gigante. Gracias.

El tono y mis palabras iban en consonancia. Y a Adriano le quedó bien claro que no quiero saber nada más de él.

No es justo para él. Y además ahora le estás ocultando el motivo por el que dejaste al conde de Añil, que es un motivo que le atañe y así seguirá siendo.

Creo que he sido muy clara. Y hay sobrados motivos para que María Fernández abandone el servicio de esta casa.

Puedo concederte cuatro días más a lo sumo para no dejarte tirada directamente en la calle.

Pero después tendrás que irte.

El doctor Gamarra murió porque su automóvil se salió del camino. Acabó estampado contra un árbol.

Es terrible. Cada vez son más comunes esos accidentes.

No creo que fuera un accidente.

¿Entonces qué es lo que vas a hacer? Agitaré el avispero. Solo tengo que ver quién reacciona.

¿Y cómo? Lo que me parece extraño es que ese doctor sufriera ese accidente fortuito, cuando justo le iba a preguntar por la muerte de Jana.

Te pagan un sueldo por trabajar. Así que que sea la última vez que escucho una tontería semejante.

¿Quién está ahí? De noche Alonso se asomaba con cautela a la habitación de Cruz, donde había escuchado ruidos.

El marqués quedaba sorprendido.

¿Qué haces aquí? Ahora Leocadia se levanta en pijama y se pone una bata.

Alonso, qué susto me has dado.

¿Para susto el mío? ¿Qué haces en la habitación de Cruz? Yo... disculpa, se me ha pasado avisarte.

Me he venido aquí esta noche porque hay un problema en mi cuarto.

¿Qué ha pasado? Hay una gotera. Empezó siendo una pequeña humedad y se ha desconchado todo y ahora cae agua a montones.

Pues no sabía nada.

No quería que se te molestase, mucho menos a estas horas.

Pero no te preocupes que ya están todos los criados avisados.

¿Pero tanta agua sale? Bueno, no te imaginas. Además, un olor pestilente. Por eso me he venido aquí esta noche.

Ya, comprendo.

Alonso la mira contrariado y ella se abruma.

Perdona que no te avisara. Espero que no te haya molestado.

En algún sitio tenías que pasar la noche y esta habitación estaba vacía.

Y lista. Y así no hacemos trabajar de más al servicio.

Claro. Has hecho bien en venir aquí.

Disculpa si te he asustado.

No, nada.

Que descases.

Gracias.

Hasta mañana.

Hasta mañana.

Alonso sale con el gesto torcido.

Leocadia traga saliva con apuro.

Cuando queda sola esboza una leve sonrisa con actitud maliciosa.

Durante la cabecera, los protagonistas van apareciendo sobre diferentes lugares de La Promesa.

Se rotulan los nombres de los actores junto a cada personaje.

Arturo García Sancho, es Manuel.

Javier Loc, Curro.

Manuel Regueiro, Alonso.

Carmen Asecas, Catalina.

Isabel Serrano, Leocadia.

Marta Costa, Ángela.

Joaquín Climent, Rómulo.

Marga Martínez, Petra.

Amparo Piñero, Martina.

Ángela Echaniz, Vera.

María Castro, Pía.

Carmen Flores Sandoval, Simona.

Teresa Quintero, Candela.

Guillermo Serrano, Lorenzo.

Enrique Fortún, Lope.

Andrea del Río, Teresa.

Y Sara Molina, como María.

Sobre el fondo del palacio aparece el sello aristocrático con una L y una P enmarcadas en uno.