La promesa 578 #audesc

Radiotelevisión Española presenta anteriormente debemos daros prisa han pasado muchas horas desde el otro parto salvar a los dos es cuestión de minutos bisturí vaya a ser padre con la mujer que amo Adriana, Caterina no puede saber que te lo he dicho eres un niño. Alonso se emocionaba y Lorenzo lo felicitaba. Es curioso que te atrevas a quejarte de tu madre. ¿Quieres que te cuente dónde está la mía? Yo siento que le haya pasado eso, pero no tiene nada que ver conmigo ni con mi madre. ¿Qué veneno puede generar esos síntomas? Que se vuelva azul quiero decir.

Verás, he estado investigando y parece ser que se llama cianosis y es por falta de oxígeno en la sangre pero son muchos los venenos que pueden provocar esto.

¿Y tú qué matrimonio conoces que se amen y que no confíen el uno en el otro? Es que yo sí que confío en ti. Pues entonces demuéstramelo dime con quién estabas hablando por teléfono. Pues gracias a vosotros, yo lo debo. No es para tanto. Teresa, ¿te conozco? ¿Qué te pasa? Se nota una jarta que me estás ocultando algo.

Yo te voy a proteger siempre. Hijo mío, ya.

Catalina miraba impactada a Adriano. Ahora él se gira acunando al bebé.

¿Qué haces aquí? Adriano titubea con el bebé en brazos.

He venido a haceros una visita. Deja que lo tome en mis brazos.

Sí, sí, sí, claro. Adriano le entrega al bebé con delicadeza y Catalina lo acuna con emoción. ¿Has visto qué cosa tan pequeña y tan maravillosa? No me puedo creer que sea real. Pues créelo, pues que lo son. Es por partida doble. Adriano se dirige a la cuna mientras Catalina mece al niño en sus brazos. Adriano destapa a la niña con cuidado para cogerla. La coge envuelta en la toquilla. Mira a la bebé ilusionado y vuelve junto a la cama dibujando una sonrisa. Mira qué chiquitito.

Adriano se sienta en el borde de la cama. Catalina mira a la niña con ternura.

Mira qué dedito más pequeño. ¿Qué? Catalina contempla la escena y sonríe.

La bebé agarra con su manita un dedo de Adriano. Son perfectos.

El solloza emotivo.

¿Estás bien? Sí, sí, claro. Aunque debería ser yo quien te hiciera esa pregunta, ¿qué? Ha sido tú la que ha parido y dos veces.

Me encuentro bien, sí. Aunque he pasado mucho miedo.

Sí, yo. Yo también he pasado mucho miedo. Sobre todo cuando el doctor tardaba tanto en salir. No sé, por un momento... Sí, se hizo largo. Yo pensé que iba a morir y que no podría ver a mis hijos. Por fortuna todo ha salido bien. Ahora estás aquí y tienes que descansar. Sí, lo necesito. Estoy exhausta.

Bueno, es lógico. Todo se alargó mucho por la cesárea.

Me gustaría dormir durante horas, pero a la vez quiero estar despierta para contemplar.

Mira a los bebés con ternura. Son maravillosos. No me canso de mirarlos.

Lo entiendo. Adriano acaricia a la niña.

Pero como te he dicho, debes descansar y guardar reposo. Que estas criaturas van a necesitar mucha dedicación, ¿claro? Sí. ¿Sigues queriendo ayudarme? Adriano desdibuja su sonrisa para ti difuso y se gira hacia ella nervioso.

¿Ayudarte? Catalina asiente.