La promesa 590 #audesc

Radio Televisión Española presenta El obispo tiraría al traste nuestra idea de casarnos en secreto.

Eso es.

Ya sí entiendo lo mucho, pero...

No, no, lo sientas, es lo que hay.

Bueno, ¿y no podríamos conseguir que el obispo también sea discreto? Esto no funciona así, Adriano.

En el momento que yo haga esa petición, todo esto trascenderá inevitablemente.

Vaya hombre.

Todo el mundo se enteraría.

Exacto.

Pero es que es imprescindible que sea en secreto.

No podemos casarnos en sagrado, por lo que ya te hemos dicho.

¿Ni en la iglesia, o en la capilla, o en la ermita? No, no, en ningún sitio estaremos protegidos de ojos indicretos, no.

El padre Samuel resoplaba pensativo...

Si es que hace una extensión con nosotros, Samuel, por favor.

Nosotros queremos hacer las cosas bien, queremos casarnos, pero es que yo no puedo fallar a mi padre.

Si por mi culpa hay otro escándalo y la Casa Real toma represalias, pues...

Catalina lo mira suplicante y el cura frunce el ceño cabiloso, Adriano lo mira fijamente...

Diferir la petición al obispo.

¿Qué quieres decir? Hablo de casaros ahora, sin que nadie se entere.

Pero hizo justo lo que ha dicho usted que no podía hacer.

Sí, lo sé.

Pero dentro de dos o tres meses, cuando esto deje de ser un secreto, y vuestro enlace se pueda hacer público, entonces le hago la petición al obispo.

¿Y ese matrimonio sería igualmente válido? Sí.

¿Seguro? Habría un defecto de forma, por esa pequeña diferencia de tiempo.

Pero es una diferencia que nadie tiene por qué saber.

La pareja sonríe ilusionada...

¿Qué me decís? Que muchas gracias.

De corazón.

¿Lo hacemos así entonces? Sí, sí, sí.

En el patio...

El caso es que...

Le estaba dando unas frígas yo en las piernas a doña Eugenia cuando apareció don Lorenzo.

Y que vaya por delante que esto no es un chisme.

Que si se lo digo a ustedes, sobre todo a ti, Curro, porque aunque sé que esa mujer no es tu madre, a todos los efectos sí que lo es, ¿no? ¿Lo es o no lo es? Sí.

Pero ¿puedes hablar de una vez? ¿Qué fue lo que pasó, María? Lo que pasó fue que todas las malas noticias que no hemos oído lo que pasó fue que todas las malas noticias que no hemos esforzado por ocultarle a doña Eugenia, pues...

Lorenzo se las soltó con boca de jarro.

Anda, desgraciado.

María, cuando te refieres a todas las malas...

Pero a la muerte de Jana.

A que la señora la mató.

Que la señora de viaje nada, que es lo que está en la cárcel y se va a quedar allí de por vida.

Si no le dan garrote antes.

Santa, por Dios.

A mí me da la impresión de que...

Bueno, impresión nada.

Que Lorenzo fue a hacer daño.

Eso que no te quepa duda, María.

Y...

¿Mi madre se alteraría? Bueno, no se puso muy nerviosa, se alteró, porque...

¿Cómo no alterarse? Pero mantuvo a su tipo.

Desgraciado es capaz de cualquier cosa.

Es que es maldad por pura maldad.

No, señora Zarre.

Tenga claro que si el capitán ha hecho lo que ha hecho, ha sido con un fin.

¿Un fin? Sí, que estoy convencido de que lo ha hecho con un propósito muy claro.

¿A qué te refieres? Me refiero a que mi madre no quiere volver a ese sanatorio, que es lo que a él le gustaría.

Y quiere provocarle una crisis nerviosa.

Porque así tendría la justificación que necesita para volver a ingresarla en ese horrible lugar.

Curro tiene razón.

El capitán le dijo a doña Eugenia que se volviera al sanatorio.

Pero eso no va a suceder.

Ojalá tenga razón.

No va a suceder porque no se lo voy a permitir.

Curro, el capitán es mucho capitán.

El capitán es un cobarde.

Eso es lo que es.

María lo mira con pesar.

Yo estoy aquí para defender a mi madre.

Curro asiente enérgico y con decisión.

Pía y María lo miran con preocupación.

Mientras...