¿Proteína sin sabor (neutra) o con sabor? (Ep. 237)

Este episodio está patrocinado por Nutrium, el software de nutrición que utilizo para la elaboración de planes dietéticos. Si eres dietista-nutricionista o TSE te aconsejo que lo pruebes de forma gratuita si aún no lo has hecho. Te dejo el link en la descripción.

Muy buenas, soy José María Pulla, dietista-nutricionista, tecnólogo de alimentos y te doy la bienvenida a un nuevo episodio del Alimentólogo. Un podcast en formato audio y video donde divulgamos sobre alimentación, dietética y nutrición con el fin de que aprendas sobre estas apasionantes ciencias y por ende resuelvas tus dudas y mejores tu salud.

Imagina que estás a punto de comprar una proteína en polvo. Te metes en la web y ves un montón de botes de proteína y sacos con diferentes sabores. Vainilla, chocolate, cookies y por ahí, entre la lista desplegable, hay uno que pone simplemente neutro o sin sabor.

Y claro, la pregunta que te viene a la cabeza es ¿qué es exactamente una proteína sin sabor y en qué se diferencia con el resto de sabores? ¿Me conviene más comprar la que ya viene con sabor o la que es neutra? Pues bien, para que lo entiendas rápido, la proteína en polvo sin sabor o neutra es proteína a la que no se le ha añadido ningún aditivo de aromas o edulcorante. Es tal cual la materia prima base de la que está hecha esa proteína.

Materias primas típicas que seguramente conocerás de proteína en polvo concretamente de suero, por ejemplo, Arla, por ejemplo, Carberry. Es decir, proteína sin sabor no significa que sea como beber agua, entre comillas, no. Si concretamente es una proteína de la leche, si es de suero, de leche o de caseína, la proteína sin sabor o neutra suele tener un saborcito parecido a la leche, muy suave. Es como, no sé si habéis probado la leche en polvo, ¿vale? Pues es como un poco leche en polvo, ¿vale? Muy suave.

Como si te tomaras un vaso de leche desnatada pero un poquito más aguada todavía. No es nada desagradable, pero tampoco es un postre y hay mucha gente a la que no le gusta. Ahora bien, si hablamos de proteínas vegetales, como por ejemplo las de guisanto o las de soja, la cosa cambia y para mí concretamente no es tan agradable como la de suero. Ahí el sabor ya es más fuerte, más terroso y no todo el mundo lo lleva bien, la verdad.

Hay gente a la que le gusta y otros que directamente no la soportan. Lo bueno de la proteína neutra es que tú tienes el control total. Es decir, le puedes echar otros ingredientes, le puedes echar un poquito de cacao, le puedes echar café, frutas como plátano, lo que se te ocurra. Y así vas cambiando el sabor cada día. Además, al no llevar edulcorantes ni aromas, la lista de ingredientes suele ser más limpia y eso también es un punto a favor para muchas personas.

Eso sí, si la tomas con agua puede que te sepa demasiado a soja, como si faltara algo, la verdad.

En cambio, las proteínas con sabor tienen la ventaja de que son mucho más agradables de tomar, dependiendo también de la marca, ¿vale? Dependiendo de la marca porque hay muchas marcas que trabajan con aromas y con edulcorantes que saben muy artificiales y no tienen unos sabores muy ricos, ¿vale? Abres el bote, echas el scoop en agua, leche o bebida vegetal, lo agitas y listo. Un batido de chocolate o de vainilla sin complicarte la vida. Eso hace al final que muchos consumidores sean más constantes porque, al fin y al cabo, si algo sabe rico lo vas a tomar con más ganas.

El lado menos bonito es que esas versiones con sabor siempre llevan edulcorantes, aromas y en algunos casos también colorantes, que no pasa nada, ¿vale? En dosis propuestas no debería ser ningún problema, pero sí que es cierto que si ya tomas muchas cosas con edulcorantes, por ejemplo, durante el día, puede que acabes demasiado empachado de tanto sabor artificial.

Una estrategia muy típica que la verdad que recomiendo mucho, por ejemplo, en consulta, es comprar un bote de proteína neutra e ir mezclándola con algunas de sabor. Entonces ya no tomas tanto edulcorante, tanto aroma, ya no te sabe tan artificial y un 50-50, por ejemplo, es un porcentaje bastante bueno que a la gente le gusta. Al final no hay una respuesta única. Si eres de los que disfruta probando combinaciones y no te importa echar un poquito más de tiempo a hacer el batido, la proteína neutra o sin sabor es perfecta porque la puedes adaptar un poco a lo que quieras.

En cambio, si prefieres abrir el bote y beber sin pensar, lo tuyo lo interesante es una proteína con sabor. Lo importante es que encuentres la que se adapte a ti porque de nada sirve comprar un bote enorme si después te da pereza tomarlo porque no te gusta cómo sabe. Anda que no conozco yo gente, me incluyo en el pasado, que compraba proteínas de suero de diferentes marcas y que el sabor era tan horrible, tan artificial, que se podían llevar meses metido en el mueble y regalando proteínas, regalándolas, porque eso era intomable. Pues nada, espero que te haya servido este episodio y nos escuchamos en el siguiente. Y así concluye otro episodio del Alimentólogo.

Si te ha gustado te agradezco enormemente.