En 1212, el Miramamolín preparó un poderoso ejército para combatir en Hispania. A sus huestes se unieron tribus de Marruecos, contingentes de Ifriquiya, milicias de las ciudades de Al-Ándalus y miles de voluntarios al reclamo de la Guerra Santa.
En el otro bando, a las mesnadas castellanas se agregaron las milicias de sus ciudades, las órdenes militares, el ejército de Aragón con su rey a la cabeza, el rey de León con doscientos caballeros, gentes de Portugal y de León. Poco a poco fueron llegando riadas de voluntarios del otro lado de los Pirineos. Esta cruzada no iba dirigida contra un territorio o plaza concreta. Toda esa marea humana marchaba sin remedio hacia una batalla campal. Un combate singular entre la cruz y el Islam.
Acudid a la guerra santa/ el éxito es seguro/ alcanzad la gloria en este mundo/ o conquistad la vida eterna…..
Comments