
¿Quién mató a la cocina cristiana de occidente?
Description of ¿Quién mató a la cocina cristiana de occidente?
Un gastrónomo, detective aficionado, investiga la muerte de la cocina cristiana de occidente. La conversión de la gastronomía en espectáculo, la globalización como extensión del sucedáneo, la falta de rigor de la crítica y el triunfo global de la economía como nueva religión, se postulan como principales sospechosos. Un radioteatro en directo a cargo del Gabinete de Curiosidades del Doctor Plusvalías.
Grabado en directo en La Vida tiene sentidos (Lavapiés. Madrid), el 2 de febrero de 2025.
Con la participación de Eugenio Hernández, Elena Ojeda, Juan Diego Yanda, África Egido y Carlos Lapeña.
Un radioteatro escrito por Carlos Lapeña
This content is generated from the locution of the audio so it may contain errors.
El Gabinete de Curiosidades del Dr. Plusvalías presenta
¿Quién mató a la cocina cristiana de Occidente?
La resaca de una mala conversación es mucho más penosa que la que deja un mal vino.
Es más, sólo el mejor de los vinos, y apenas en sus primeros tragos,
es capaz de resguardarnos en una conversación tan desaborida como la de la cena de anoche.
¿En qué momento convertimos la simple satisfacción de la necesidad individual de alimentarnos en un hecho social?
¿Cuándo aprendimos a diferenciar entre el placer de la comida y el placer de la mesa?
Seguramente fue pronto,
cuando el Homo Sapiens dejó de alimentarse de frutas y empezó a compartir manjares más grandes con su clan.
A pesar del tiempo que ha pasado, aún hay quien no se ha enterado,
quien se dice y se escribe gourmet y no sabe diferenciar entre comer y alimentarse,
quien tiene tropecientos mil seguidores en su Instagram de cocina
y cree que Brillant Sabarén es un ganador del Tour de Francia en los primeros años cuarenta.
¿Brillant Sabarén? Sí, claro que le conozco. Ganó el Tour de Francia en 1941. Es ese, ¿verdad?
Pero, ¿qué tiene que ver ese señor con la hostelería? ¿Abrió un bistro cuando colgó la bicicleta?
Pero, pero, hostelería. ¿Quién está hablando de hostelería?
Pensaba que hablábamos de comida, incluso de cocina, hasta, si quiere, de gastronomía, pero de hostelería.
Pues eso, lo que te digo, de hostelería. Es el sector económico, you know.
Además, no te lo he dicho, pero creo que deberías dedicarte a esto. Tienes futuro.
¿Tengo yo futuro?
Eres un chef muy pintoresco. Le encantarás a mis followers. Te voy a valorar muy alto en mis redes.
Lo vas a notar mucho. Va a ser una promo total.
La gente está en love con mis posts y confía en lo que yo digo literally.
¿Creen de verdad que sé lo que escribo? Que yo ya veo lo que tú piensas que no tengo ni puta idea.
No tienes ni puta idea.
Eres muy libre de pensar lo que quieras y de fluir, pero ¿sabes lo que te digo, tío?
Hay gente que mataría por comer donde yo como. Sin embargo, ¿a ti? ¿A ti quién te lee?
Nunca me había visto en una de estas. No sabía por dónde empezar.
Estaba en la mesa con el escritor gastronómico más influyente del momento, el Gourmet Embofado.
Un tipo tan incapaz de construir una frase de más de tres palabras como de distinguir entre la carne y el pescado.
Proteínas. Son todo proteínas.
Se preguntarán por qué alguien como yo, relativamente pasado de moda, ha invitado a cenar a un hombre como Akhil.
A un triunfador de nuestro tiempo. Les parecerá extraña, pero era un encuentro profesional.
No, no, no se equivoquen. No buscaba contratarle, ni siquiera de consultor.
La verdad es que me sorprendió mucho tu llamada, Apicio. Sé que me consideras un intruso, pero you are not right.
Es una cuestión de perspectiva. Aunque no lo creas, yo te admiro. Yo admiro a los pioneros, a los trailblazers.
Pero los tiempos cambian y hay que estar on fire. Estás anclado a ideas más caducadas que los yogures de los chinos, pero así todos sobrevives.
Tu barco se hunde, pero tú te salvas, atado al último palo de tu barco que aún flota.
Eres como un náufrago sin isla, pero sobrevives. Eres un superviviente, pero ¿sabes qué podría trabajar para ti?
No lo veo. No puedes pagarme, pero te voy a regalar un tip for free.
Los conocimientos de ayer ya no sirven. Son una remora.
Esta es una nueva época que se reinventa cada día. Es mejor no saber qué es lo que se comía antes.
¿Qué hacían nuestros abuelos? Podría quitarnos la ilusión de novedad y todo se iría al carajo.
Estaríamos muertos como civilización. Pasados de moda.
No sé por qué te cuesta tanto entender que no sirve de nada comer algo maravilloso si no puedes subir su foto a Instagram.