¿Quién mató a Lin y a Megan?

Es martes, 9 de julio de 1996. Una cálida tarde de verano cerca de Chilenden, en Kent.

En el bucólico corazón del Jardín de Inglaterra. Una madre, Lynn Russell, sus dos hijas, Megan y Josie, y Lucy, la perra de la familia, regresan a casa tras una competición de natación.

En una ruta que ya han recorrido muchas veces. Pero hoy no llegarán a casa. Es el comienzo de uno de los casos más controvertidos y trágicos que ha vivido Gran Bretaña. El interrogatorio del sospechoso podría continuar durante el fin de semana. Empezó a consumir drogas muy pronto. Causó revuelo en los medios de comunicación.

Es una agresión muy violenta cuyas víctimas son una madre y su hija. Resolución, crueldad y brutalidad. El asesinato de una niña y de su madre. Había sido un crimen espantoso. Me pregunto si encarcelaron al verdadero culpable. No sé si lo hizo él o no. A menudo se ha sospechado que Levi Belfield fue el verdadero autor.

El 9 de julio de 1996, Levi Belfield no se separó de mí desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. ¿Quién mató a Lynn y a Megan? Sean y Lynn Russell y sus dos hijas, Megan y Josie, vivían en una tranquila e idílica zona de Kent cercana a Canterbury. Sean trabajaba en la universidad. Megan, de seis años, y Josie, de nueve, iban a la escuela en el pueblo vecino de Goodneston.

Una calurosa tarde de julio de 1996, Lynn recorrió un hermoso camino para ir a recoger a sus hijas a la escuela. Sabemos que aquel día las niñas habían ido a una competición de natación en Canterbury y habían vuelto a la escuela antes de las cuatro. Lynn, la madre, había ido a recogerlas con su perra.

Cuando las niñas salieron de la escuela, llevando sus bolsas de natación y sus fiambreras, las cuatro emprendieron el paseo que tenían que dar a través del campo para volver a casa.

Un paseo que solía llevarles aproximadamente 20 minutos. Estarían volviendo a casa tranquilamente con la perra, sin sospechar que pudiese suceder nada fuera de lo normal. Sabemos que fueron caminando por el campo y llegaron a una valla que atravesaron para acceder al camino, y que eso debió de suceder en torno a las cuatro y diez. El camino por el que fueron es, básicamente, un camino de tierra. Hay setos a ambos lados, pero es un lugar alejado de cualquier tipo de edificio.

Ellas iban andando por este camino, pero es muy difícil entender lo que pasó a continuación. El padre llega a casa a las siete o a las siete y media de la tarde. Obviamente espera encontrarse a las niñas en casa. Cuando ve que no están, le parece raro. A las nueve de la noche, Sean Russell ya empieza a ponerse nervioso. Sale con el coche para buscar a Lynn y a las niñas. En un momento determinado pasa por Cherry Garden Lane. Quizá la perra se escapara y tuvieran que ir a buscarla. Quizá una de ellas se hubiera torcido un tobillo.

En fin, había un montón de cosas que habrían podido explicar de forma lógica que no hubieran vuelto a casa. Pero es fácil de imaginar lo preocupado que debía de estar Sean. Como no consigue encontrarlas, vuelve a casa y llama a la policía, que se presenta en su casa alrededor de las diez y media de la noche. La policía inicia una búsqueda por la zona.

Lo natural es recorrer el mismo camino que se sabe que tenían que recorrer ellas desde la escuela hasta casa. Pero ahora es medianoche y no se ve absolutamente nada. En la zona no hay alumbrado público, solo se dispone de linternas. Es una zona muy rural. Entonces, en un momento dado, el agente está buscando entre los árboles y se encuentra los cuerpos de las niñas y la madre.