Has elegido rechazar las cookies basadas en consentimiento que utilizamos principalmente para gestionar la publicidad. En adelante, para acceder a nuestra web tienes que elegir alguna de las siguientes opciones.
Premium
3,99 €/mes o 39,90 €/año
Sin publicidad y mucho más
Plus
Por 9,99 €/mes
Contenido exclusivo y sin publicidad
Si has cambiado de idea, puedes aceptar las cookies y continuar usando iVoox de forma gratuita.
Con tu consentimiento, nosotros y nuestros 813 socios usamos cookies o tecnologías similares para almacenar, acceder y procesar datos personales, como tus visitas a esta página web, las direcciones IP y los identificadores de cookies. Algunos socios no te piden consentimiento para procesar tus datos y se amparan en su legítimo interés comercial. Puedes retirar tu consentimiento u oponerte al procesamiento de datos según el interés legítimo en cualquier momento haciendo clic en ''Obtener más información'' o en la política de privacidad de esta página web.
Nosotros y nuestros socios hacemos el siguiente tratamiento de datos:
Almacenamiento y acceso a información de geolocalización con propósitos de publicidad dirigida, Almacenamiento y acceso a información de geolocalización para realizar estudios de mercado, Almacenar la información en un dispositivo y/o acceder a ella , Datos de localización geográfica precisa e identificación mediante análisis de dispositivos , Publicidad y contenido personalizados, medición de publicidad y contenido, investigación de audiencia y desarrollo de servicios , Uso de cookies técnicas o de preferencias.
Comentarios
yo no estoy a favor de los regalos, no por dinero sino por ética, en cambio mi marido sí, pero no regalamos....
Yo soy antiregalo a los profesionales. Para que se merezcan algo es por amor y sinceridad. Por ejemplo, yo regalo Cd de mis invitados porque me place hacerlo a algunos escuchas que me comentan en mi podcast. Para mí eso vale mucho, porque se tomó de su tiempo y no lo hace porque va a recibir algo. Lo hacen por sinceridad. Como abogado solamente recibí un regalo de una familia que las representé en un asunto laboral y sé que hicieron muchos esfuerzos para lograr reunir el dinero para ese regalo. En ese momento hacia un contrato en que incluía un párrafo que establecía que no podía recibir regalos alguno en adición a mi remuneración, de esa forma evitara cualquier conflicto. Pero como dice la anfitriona, eso debe de ser de cada cual y en la medida que pueda cada familia. Pero prefiero que un profesor acepte algo hecho por un alumno en oposición a lo que los padres se les ocurra regalar. El que recibió la educación fue el crío, no los padres y son ellos los que tienen que estar agradecidos. Me uno al grupo de Grinch o de Scrooge. Un abrazo desee WashingtonDC a ambos ; como siempre no me pierdo un episodio de ustedes