relato erótico: DESAYUNO DE SABADO -por vacaciones

Mañana de sábado, habíamos pasado toda la noche juntos y nos habíamos cansado.

No me di cuenta cuando él salió de la cama.

Yo desperté por un delicioso.

Estaba desnuda entre las sábanas.

Sentía tan feliz.

Me levanté.

Fui al baño.

Me arreglé un poco.

Y regresé a la cama.

Cinco minutitos más.

Tapé la cabeza con la sábana.

Y abracé la almohada.

Él entró a la habitación.

Desayunó en la cama.

De ánagos.

Él se había puesto los boxers azules que sabe que me gusta.

Sentó a un lado de mí.

Y empezó a darme de comer en la boca.

Un bocado.

Un beso.

Un pedacito de fruta.

Y otro beso.

Un poquito de miel corrió de mis labios por mi barbilla.

Él lo lamió.

Yo tomé la cuchara con la miel.

Y le dije, creo que hoy me toca cocinarte a ti.

Lo aventé sobre la cama.

Tomé el bote de miel.

Y empecé a dibujar sobre su pecho.

Círculos.

Triángulos.

Marqué un corazón que rodeaba su ombligo.

Entre las fresas.

Tomaba miel.

La llevaba a su boca.

Y luego la llevaba a la mía.

Me senté arribita de él.

Como vaquerita.

Podía sentir su enorme erección bajo el boxer.

Pero todavía podía esperar.

Me acerqué a su vientre.

Y pasé mi lengua.

Despacio.

Vientre.

Chupé sus pezones.

Quedé toda amarrada en la miel.

Subí por su cuello.

Y me topé con sus labios.

Adoro sus labios gruesos.

Me abracé a su cuello y quedé acostada sobre él.

Rico me quedaste, amor.

Él me abrazó por la cintura.

Y me hizo girar.

Ahora yo estaba sobre la cama.

Con él entre mis piernas.

Con dos rápidos movimientos.

Su héroe ya estaba adentro de mí.

Él me sujetó a las piernas.

Y sus embestidas no se hicieron esperar.

Cuando se toma su pie.

Con ese poder.