Restauración Humana sobre la Inteligencia Artificial - ¿Hacia un Cerebro Atrofiado? | TVII·E1

En el principio era el verbo, en el principio era el número, en el principio era el sonido.

Soy Gaspar, esto es Citra, música hermética.

Queridos citaredos y citaredas, ¿cómo estáis? Ha sido una ausencia larga y no fue hasta una visita reciente de los amigos de Sendero a la nada que me replanté el volver a estos lugares. Al final, como muchos, habéis encontrado Citra a través de esto y también de ahí habéis conocido YouTube, Instagram y quienes tenéis una vocación habéis pasado a ser alumnos. Así que quiero comenzar primero comentando en qué momento estoy y en qué momento creo que estamos todos. En primer lugar, con la idea de actualizar las noticias.

Y actualizar, que mal suena en realidad, recuerda a un sistema operativo. Veréis, en el final del año pasado, ya casi va a hacer un año, ¿verdad? El año pasa muy rápido, publiqué el Zodíaco Musical y no lo había publicado todavía, pero ya estaba completo, cuando comencé una investigación nueva, que fue la única que resistió el nacimiento del Zodíaco Musical. Es decir, normalmente cuando nace un libro yo paso un tiempo con una manifiesta incapacidad de articular dos palabras seguidas en un texto.

Ese tiempo ha estado siempre más o menos en torno a las tres semanas. Con el Zodíaco Musical fue mucho más. Y lo único que sí que se fue dando, mientras tanto, no redacción, pero sí a nivel de investigación, fue una derivada del libro. Algo que no está en el libro recogido. Ya lo digo desde ahora, el libro es una fuertísima tradición hermético-renacentista, de Jordano Bruno, actualizado y con ideas de astrofísica en él. Pero es en torno a las imágenes, la sombra, la luz, materia, espíritu, evidentemente todo bajo el prisma de la música hermética.

Pero la investigación en la que me centré tenía que ver con la arquitectura. Entonces empecé a visitar ciertos lugares. Hubo tres excursiones principales en febrero. La primera a principios mediados de febrero. Luego otra en finales de mayo, principios de junio. Y luego la última a finales de agosto, principios de septiembre. Y a raíz de esas tres, donde visité sobre todo lugares nuevos, pero también revisité lugares antiguos que ya había visitado, incluso que había visitado muchísimas veces.

Pero ahora tenía un nuevo prisma, tenía ahora una nueva clave. Una clave. A mí siempre me ha interesado la arquitectura y la cuestión religiosa. Lo que ocurre es que a raíz de la escritura de este libro hubo algo, se despertó como una clave de bóveda y empecé a observar, a mirar de otra manera. No de otra manera en realidad, de una manera mucho más aumentada, como cien mil aumentos. Y lo que ya de por sí me apasionaba. Me apasionaba. Y en ello estoy. No ya en trabajo de campo, sino en trabajo de despacho, en trabajo de biblioteca. De NERF.