EL RETROCESO DEL FEMINISMO

Píldoras de Psicología con Olga Corchero, psicóloga y experta profesional en trastornos psicológicos de la infancia y la adolescencia.

Saludos amigos, bienvenidos a nuestras píldoras de psicología en las que hoy vamos a tratar un tema que a lo mejor no es un tema que podamos decir que es directamente psicológico, pero sí que afecta de alguna manera a la psicología de los seres humanos. Estamos hablando de el retroceso del feminismo en la sociedad actual. Bueno pues en primer lugar, bienvenidos y bienvenidas por supuesto a estas píldoras de psicología, a este espacio donde vamos a intentar analizar algunas cuestiones psicológicas aplicadas a nuestra vida cotidiana.

Hoy vamos a hablar de este tema que preocupa a muchas personas, ese retroceso del feminismo en la sociedad actual. Por qué aparece y por qué parece que estamos perdiendo algunos derechos que queríamos consolidados, cómo influyen las redes sociales y la política en esta regresión y lo más importante, qué podemos hacer en casa para que la igualdad siga avanzando.

Quédense con nosotros durante el siguiente tiempo, muy breve, en el que vamos a analizar un poco en profundidad todo este tema. Vamos a empezar hablando del impacto de las redes sociales en esta perspectiva de género. Las redes sociales han sido una herramienta muy poderosa para visibilizar el feminismo, no cabe duda, pero también ha sido un arma de doble filo.

Se ha generado un discurso reaccionario que ataca el avance de los derechos de las mujeres. Vemos por ejemplo influencers promoviendo la sumisión como una virtud femenina y el auge de discursos misógenos disfrazados de libertad de expresión y la proliferación de comunidades que refuerzan estos estereotipos dañinos, de los que ya hemos hablado aquí en Radio Misur, como pueden ser por ejemplo los incel.

Un estudio de hace no mucho tiempo, del 2023 concretamente, del centro de investigación de Pew encontró que el 60% de los jóvenes varones en Estados Unidos considera, por ejemplo, que el feminismo ha sido o ha ido, mejor dicho, demasiado lejos ya. ¿Cómo hemos llegado aquí? Esta es la pregunta y parte de la respuesta está en el contenido que consumimos.

Los algoritmos de las redes favorecen, y esto ya lo sabíamos, el contenido polémico y polarizante, lo que da más visibilidad a discursos extremistas. Por ejemplo, hay plataformas como TikTok o YouTube en el que los llamados gurús del alfa masculinismo acumulan millones, literalmente millones, de seguidores promoviendo ideas retrogradas. ¿El problema? Bueno, pues que mucho de este contenido está dirigido a adolescentes en pleno desarrollo de su identidad.

Evidentemente, esto requiere algún tipo de cambio o algún tipo de solución. No tenemos una solución perfecta, pero sí te podemos recomendar, digamos, que enseñes a tus hijos y a tus hijas a analizar críticamente ese contenido que consumen en las redes. También es bueno, por ejemplo, practicar en casa el debate y la reflexión sobre lo que se ve y lo que se escucha en esas redes, porque al fin y al cabo es casi imposible conseguir que no lo vean.

Y luego seguir y recomendar siempre páginas y cuentas con contenido también feminista que esté bien fundamentado. Hemos dicho que varios factores están detrás de este retroceso en el feminismo. Otro de los factores que también tenemos que tener en cuenta es el auge de la ultraderecha y su impacto en los derechos de las mujeres.

Es otro factor clave en este retroceso y es el crecimiento en el panorama político que no podemos negar. En muchos países los partidos de extrema derecha han ganado terreno con discursos que minimizan la violencia de género, que atacan la educación en igualdad y que buscan eliminar derechos reproductivos.

Un informe de Amnistía Internacional del año pasado, de 2024, señala que países como España, Brasil y Hungría, las políticas antifeministas han crecido exponencialmente. El discurso antigénero busca presentar el feminismo como una especie de ideología en lugar de un movimiento de derechos humanos. Por ejemplo, aquí en España la eliminación de programas de educación sexual y de igualdad en ciertas regiones ha hecho que los jóvenes tengan menos herramientas para entender las relaciones saludables