"Reviven" el lobo gigante extinto: ¿Estamos preparados para la desextinción?- T2xE51

Bienvenidos una semana más a Planeta Oculto, vuestro podcast sobre ciencia, misterio y los límites del conocimiento. Aquí exploramos lo que ocurre fuera del radar de lo cotidiano.

Descubrimientos que desafían la lógica, avances que rozan la ciencia ficción y preguntas que todavía no tienen respuesta, pero que quizás algún día puedan cambiar el mundo.

Así que imagina hoy abrir una vieja puerta genética, una que estuvo sellada durante milenios. Al otro lado no hay un monstruo de ficción ni una criatura creada en un laboratorio de ciencia ficción, sino un animal real que alguna vez recorrió los paisajes helados de América del Norte. El lobo gigante, también conocido como el lobo terrible. Una bestia más grande, más fuerte y más feroz que el lobo gris que conocemos hoy. Una especie extinta hace más de 12.500 años. Hasta ahora. Porque sí, en pleno siglo XXI, tres cachorros de lobo gigante han nacido en un laboratorio de biotecnología.

Se llaman Rómulo, Remo y Calessi. Y aunque sus nombres evoquen la mitología y la fantasía y una famosa serie de televisión, su existencia es tan real como inquietante. Este podría ser el primer paso hacia una nueva era biológica, la era de la desextinción. Así que hoy en Planeta Oculto nos adentramos en un tema que parece sacado de una novela de Michael Crichton, pero que está ocurriendo ahora mismo, en laboratorios con nombres reales, con científicos reales y con consecuencias muy reales.

Así que hoy vamos a hablar de qué hay de verdad en esta desextinción o revivir de estos tres lobos. ¿Qué significa desextinguir una especie? ¿Es esto una victoria de la ciencia sobre el tiempo o una peligrosa ilusión de control? ¿Estamos realmente resucitando animales extinguidos o solo creando copias incompletas, versiones editadas? Y sobre todo, ¿por qué lo estamos haciendo? ¿Para restaurar ecosistemas perdidos, por orgullo científico, por negocio o simplemente porque podemos? El caso del lobo gigante es solo la puerta de entrada. La empresa detrás de este experimento se llama Colossal Bioscience y no es la primera vez que aparece en titulares.

También tienen en marcha proyectos para revivir al mamut lanudo, al dodo y al tilacino, el famoso lobo marsupial de Tasmania. Cada uno de estos proyectos plantea un desafío tecnológico monumental, pero por supuesto también un debate ético aún mayor. Así que en este episodio vamos a explorar cómo funciona la desextinción, cómo se extrae ADN de fósiles antiguos, cómo se reconstruye un genoma incompleto y cómo se insertan esos genes en especies modernas para crear híbridos que en apariencia nos devuelven criaturas de otro tiempo. Pero también vamos a hablar de lo que no se ve en los titulares, los riesgos ecológicos, los problemas de identidad genética, el impacto social e incluso las implicaciones filosóficas de jugar a ser creadores de vida.

Porque cuando decimos que una especie vuelve, ¿realmente lo hace? Preparaos para adentraros en un terreno donde la ciencia borra las fronteras del pasado, donde los fósiles se transforman en crías vivas y donde las preguntas que antes eran imposibles ahora llaman a la puerta de nuestra conciencia. Porque cuando abrimos las puertas de la desextinción, ¿qué estamos dejando salir realmente? El regreso del lobo gigante.

El lobo gigante ha vuelto. No es una metáfora, no es ciencia ficción, es una noticia real que ha sacudido al mundo de la biotecnología y la ciencia evolutiva. La empresa estadounidense Colossal Bioscience, conocida por su ambicioso proyecto para resucitar al mamut lanudo, acaba de anunciar el nacimiento de tres cachorros de lobo gigante, una especie extinta hace más de 12.500 años. Sus nombres, Rómulo, Remo y Calessi.

Según el comunicado oficial, estos animales nacieron gracias a un proceso de edición genética de última generación. El equipo de Colossal logró insertar genes clave del lobo gigante en embriones de lobos modernos, utilizando como base material genético extraído de fósiles de entre 11.500 y 72.000 años de antigüedad.

El resultado es que...