La revolución de los jubilados

Soy Fernando Díaz Villanueva, hoy es 1 de septiembre de 2025 y esto es la Contracrónica.

En mayor o menor medida, todos los gobiernos europeos se enfrentan al crecimiento en las encuestas de partidos identitarios y populistas. No hay ningún país que se escape a esta tendencia.

Tanto el populismo de izquierda como el de derecha atraviesan en Europa un periodo dorado, especialmente entre los votantes más jóvenes. Pero hay una excepción a esta enorme edad.

Esa excepción es el Reino Unido, donde sucede todo lo contrario. Allí son los votantes más mayores, esencialmente los pensionistas, sobre quienes se sustenta este crecimiento sostenido de partidos como ReformUK en la derecha o YourParty en la izquierda, una nueva formación política que el anterior líder de los laboristas, Jeremy Corbyn, acaba de fundar para pelear a Kirstallmer el voto más escorado a la izquierda. En el caso del Reino Unido, llueve en cierto modo sobremojado.

Ya en el referéndum del Brexit, quienes decantaron el resultado final fueron precisamente los jubilados, mientras la población más joven votaba mayoritariamente por permanecer en la Unión Europea. Esa radicalización política de los pensionistas no ha hecho más que acrecentarse en los últimos años. Tanto las manifestaciones de la extrema derecha como las de la extrema izquierda están llenas de jubilados, y son también muchos jubilados quienes detiene la policía por protagonizar altercados. En las protestas contra la guerra de Gaza, por ejemplo, aproximadamente la mitad de los detenidos son mayores de 60 años.

Algunos de ellos incluso han sido acusados de terrorismo por la Fiscalía. El peso electoral de los pensionistas es cada vez mayor, ya que la sociedad británica es una de las más envejecidas del mundo. La edad media en el Reino Unido es de más de 40 años, y hay más mayores de 65 años que menores de 15, pero los primeros votan y los segundos no. Esto tiene consecuencias directas en las elecciones. En las últimas, celebradas en 2024, Kirchner mergano con un ajustado 32% de los votos, pero gracias al sistema electoral británico consigue una cómoda mayoría absoluta.

Eso sí, todo indica que una carambola como esta no volvería a repetirse de celebrarse hoy las elecciones. Quien se lo llevaría a todo sería Nigel Farage y Reform UK. Las encuestas más recientes le dan aproximadamente un tercio de los votos, al tiempo que hunden aún más a los conservadores y a los laboristas. Faltan aún casi cuatro años para las próximas elecciones y Starmer se muestra relativamente tranquilo y confiado. Pero si la tendencia se afianza, puede ir despidiéndose ya de revalidar el cargo. Fácil, la verdad es que no lo tiene.

La situación económica es comprometida, no ha regresado al crecimiento que prometió hace un año y cunde el desánimo. En ese ambiente es en el que Farage está pescando y donde Corbyn quiere hacer lo propio. Yarparty ha empezado a aparecer ya en las encuestas y algunas le adjudican hasta un 15% de intención de voto. En ambos casos, el principal empuje son el grupo de Edad, que se sitúa por encima de los 60 años, mientras los jóvenes y los británicos de mediana edad se muestran de promedio más moderados en sus preferencias políticas, justo lo contrario de lo que está sucediendo en el resto de Europa.

Pues bien, para hablar de este tema vuelve, desde el corazón de Inglaterra, Andrea la Contracrónica. Entre ambos, trataremos de desentrañar las razones de esta particularidad británica, una particularidad más, que tiene a los sociólogos un tanto confusos. Hace casi un par de meses que no venía Andrea por aquí, pues desde principios de julio ya estuviste hablando del Reino Unido.

Y hoy vuelvas a hablar del Reino Unido para un tema que te he propuesto y que me ha parecido realmente curioso. Y es el de cómo los revolucionarios en este país son más bien los pensionistas y no tanto los jóvenes. En la introducción comentaba que es el único país de Europa en el que los partidos que están en los extremos, los populistas o identitarios, como queramos llamarlos, a la izquierda y a la derecha, están llamando más la atención de los jubilados que de los jovenzolos, cosa que en el resto de Europa, en el continente, sucede todo lo contrario.

Bueno, pues muy buenas Andrea por venir de nuevo a la Contracrónica. Muy buenas Fernando de Contrascuchas, un placer como siempre y más si es para hablar de Reino Unido. Y cuando te lo comentaba me dijiste que estabas de acuerdo, que efectivamente era algo que tú ya habías visto. Sí, y es notable porque además de las otras razones que analizaremos seguro, tú sabes que este no es un país de revolucionarios, que aquí la revolución nunca ha estado del todo.