Ricardo Roa (Editor General Adjunto de Diario Clarín) La Barra De Macu @MazzucaMacu

Está en línea el periodista Ricardo Roa, editor de Clarín, amigo.

Buenas, Ricardo, ¿cómo andás? Soy Macu.

Quería decir, Macu, ¿cómo te va, viejo? Todo bien, todo bien. Sé que tenés poco tiempo.

Voy a aprovechar para mandarte un saludo del anterior entrevistado, que es Ignacio Clopet, que te mando un gran abrazo.

Historiador de terrorismo, sí, muy bien.

Claro, que presenta su libro y dice que le dio vergüenza pedírtelo por tercera vez, creo.

Bueno, todo bien, todo bien.

Quería un poco ver y hablar sobre vos, sobre el Papa y las reflexiones de este fallecimiento y de este papado y de todo lo que se te ocurra que nos podés conversar sobre Jorge Bergoglio.

Mira, es un tema que naturalmente se veía venir, el Papa había atravesado y atravesaba un tema de salud complicado.

Él decidió, de alguna manera, salirse de lo que le recomendaban los médicos y se expuso a esto, a un agravamiento que terminó, como te digo, aunque esperable, en una cosa que es muy conmocionante para todos.

Me hizo acordar un poco a la muerte de Perón, en el sentido de que, ¿te acordás? Le prohibieron a él, no sé si te acordás, pero fue un hecho.

Años 73, sí, sí, obvio.

Perón, 74.

Perón estaba mal.

Perdón, 73 fue el regreso, ¿no? Claro, claro.

El regreso, en realidad, el primer regreso fue en 72.

73 es Ezeiza con la muerte de la masacre.

Después las elecciones y él asume y en el 74 muere.

Perón, que estaba enfermo, decide irse en una cañonera a Paraguay, en un día muy frío, de invierno, bueno, le recomiendan que lo hicieran.

Hay incluso una discusión entre los médicos que lo atendían.

Bueno, él decidió irse.

Acá Bergoglio decidió no hacer las cosas que le aconsejaban.

Perdón, Ricardo, acá un recuerdo también.

Me trajiste a Kirchner a la cabeza.

Después de la operación, aquel acto en el Lunapar también, ¿te acordás? Que recomendaban no ir.

Claro, Kirchner era quizás el más descuidado de todos porque incluso no tenía ni siquiera, desde el punto de vista médico, una atención adecuada a la que cargaba un paciente.

Ahora, Perón, que provoca por esta actitud y algunas decisiones de los médicos una controversia importante, me parece en un punto es comparable a esto de Bergoglio que, bueno, se verá.

Ahí habló el médico, creo que fue el jueves, uno de los médicos, explicando estas cosas, las que le habían recomendado y las que Bergoglio aceptó.

Bueno, el punto es que, aunque previsto, fue muy, sin diciendo, muy conmocionante y deja a todos un espacio de reflexión respecto de su figura, que tuvo dos dimensiones.

La local, las que nos va más de cerca a nosotros, los argentinos, y la otra, la internacional.

En la local, un fenómeno también curioso, por lo menos, es que el kirchnerismo que lo repudió a Bergoglio al comienzo termina como apropiándose, en términos políticos, por supuesto, del fenómeno de su figura.

Y un poco lo mismo pasa con Millet, que también pasa de una crítica a una posición contraria, quizás más entendible, en todo caso, teniendo en cuenta que Millet es presidente y que, además, la situación, por lo tanto institucional, lo obliga a él a tener ahora una actitud...

Sí, otra posición, ¿no? Claro, otra posición.

Escúchame, Ricardo, y cuando Millet había dicho...