Rígidos contra flexibles. Conoce tu país para saber cómo eres tú #158

¿Qué ventajas tiene ser flexible o ser rígido? ¿Y qué podría llevarte cada uno de esos? ¿Qué países tienden a ser más flexibles o a ser más rígidos? ¿Y qué influye para que un país sea de un bando, sea flexible, sea rígido? El origen de eso, de por qué esos países son de una forma o de otra.

Y también a nivel de empresa, ¿cómo se aplica? ¿Cuáles son esas empresas rígidas? ¿Cuáles son esas empresas flexibles? ¿Qué es lo necesario realmente? Todo eso lo vamos a ver hoy con el libro de rígidos contra flexibles.

El libro se publicó en 2018 por Michelle Galfán, una psicóloga cultural de Estados Unidos.

Y es un libro que tiene algunas cositas buenas que te ayudan a descubrir una nueva capa.

A mí me gusta, en vez de charlando con libros, se tendría que decir charlando con capas, descubriendo capas y capas para ir entendiendo el mundo, porque es lo que me gusta a mí.

Entonces, se tendría que llamar así el podcast.

Y voy a decir primero lo malo del libro.

Y luego ya empezamos con la chicha, con toda esa sustancia.

Se enrolla demasiado.

Ya lo he dicho en otros episodios, pero en el de Episodio de Sapienciología de Potencial Oculto no lo dije, por ejemplo, en esos dos.

Pero este me parece de los que más se enrolla, de los últimos ensayos que he leído en los últimos seis meses, pues el que más se enrolla.

Además, tiene un final moralista que sobra, muy típico, y además esa moral redundante para que quede bonito y se pasa de errupcionista.

Está bien para tener ese marco presente que nos presenta la autora, pero se pasa de no darse cuenta de los sistemas complejos y de todos los otros factores.

También, otro tema, otro problemilla que lo veremos más adelante.

Este me lo guardo, porque quiero empezar ya.

La tesis general del libro de Rígidos contra Flexibles es que las normas sociales cambian nuestro comportamiento, o sea, lo que hacemos.

Cambian nuestra cultura, los países nos influyen en todo, en cómo pensamos, en cómo actuamos con los otros.

Y esas diferencias y esas divisiones culturales, esos choques culturales que están viviendo muchos países, incluido España, que España está teniendo muchos problemas por esos choques culturales, vienen de esa perspectiva de rigidez-flexibilidad.

Un ejemplo muy sencillo.

Hay países donde son más flexibles que en España y para ellos es normal ir en el metro viendo vídeos con el volumen superalto.

En cambio, en España, o en algunas partes de España, no es normal, porque son más rígidos y en otros son más flexibles, hay ese choque cultural.

Luego, los españoles se van a Francia, como me fui yo en su momento, y somos nosotros unos folloneros, porque tenemos esa flexibilidad comparada a esa rigidez en ese contexto concreto.

Porque creo que ya lo comenté, en China, o, mejor dicho, en Shenzhen, en esa ciudad de China, en el metro, todo el mundo estaba en silencio, eran muy rígidos con esa norma, pero luego, para salir o para entrar, eran muy flexibles.

Aquí era el primero.

El primero que podía salir, salía.

Y si ellos entraban y tú no habías ido rápido a salir del metro, pues te fastidiabas.

Hay esa dicotomía, esa rigidez y esa flexibilidad.

Por eso, obviamente, este libro a veces se pasa de extremo.

Pero seguir estrictamente las normas o permitir la actitud es algo que se puede ver claro en los países, en las culturas y también depende de las regiones.

Es que las normas, sin las normas, no podríamos convivir.

Estamos todo el día siguiendo normas.

Si te pones a ver esas normas, que sigues de forma ya automática cuando entras al gimnasio.

Cómo entras, qué máquinas utilizas, todo.

¿Cómo vas vestido o por qué vas vestido? No puedes ir desnudo, eso es una norma social.

¿Qué dices al entrar en un sitio? ¿Qué dices al salir? ¿Cuándo te llaman? ¿Cuándo escribes? Todos son normas sociales.

Estamos todo el día siguiendo normas sociales, aunque las tenemos tan interiorizadas que no nos damos cuenta que somos máquinas de seguir normas.

De hecho, los niños pequeños, se ha visto en estudios, que siguen normas antes de ni de que hablen.

Antes de que no sean incapaces de poder hablar, ya están siguiendo normas y hasta están dispuestos a castigar a quien no sigue esas normas.

¿Por qué? Esto no lo dice la autora, por supuesto, porque ella se basa mucho en su baremo de rigidez o flexibilidad, pero ¿de qué viene eso de la moralidad? En el episodio de los peligros de la moralidad ya hablamos de eso.