Romeo y Julieta-William Shakespeare y el misterio de su catolicismo con la delicadeza de Franco Zefirelli

Fundación Edelvives patrocina este espacio cultural.

Esta semana oficialmente arranca este programa cultural, directo a las estrellas, con muchas ganas de informar, formar y entretener a todos nuestros oyentes, desde una mirada antropológica atendiendo a todas las dimensiones del ser humano.

Tenemos hambre de micrófono y la misma ilusión de siempre.

Antes de comenzar, nos gustaría recomendar una obra maestra de teatro, de William Shakespeare, Romeo y Julieta, editada por Vincent Vives.

Todos recordamos la versión cinematográfica de Franco Zeffirelli, una de las mejores que se han hecho para interpretar una obra de William Shakespeare.

La familia de William Shakespeare se sabe que era católica, de hecho su madre Mary sufrió martirio, y hace unos pocos años se descubrió una declaración de fe católica de su padre John Shakespeare escondida entre las vigas de su casa, razón por la cual recibió esa educación cristiana católica, que no fue oficialmente prohibida pero que estaba mal vista y a veces muy perseguida por el anglicanismo.

Hay que decir que la nobleza inglesa se consideraba totalmente católica y se enfrentó en bastantes ocasiones a sus monarcas.

Este autor, por lo visto, no estudió carrera alguna, la verdad que no le hizo falta, pero la educación secundaria corrió a cargo de licenciados en Cambridge.

Centrándonos en la obra en cuestión, el tema principal de la obra, lógicamente, es el amor.

Es un amor auténtico y pasional que está orientado al matrimonio.

La prosa se utiliza para el momento en el que los criados hablan, que suelen gastar bastantes bromas, y el verso en éndeca sílabos se utiliza para los estratos sociales más altos.

Se utilizan, por otra parte, los contrastes.

Se utilizan los contrastes para enfrentar a vicios y virtudes, idealismo y materialismo.

Y hay un respeto grandísimo por la figura del fraile, que es un magnífico consejero.

Yo he disfrutado leyéndola este verano como si estuviera leyendo al Quijote, al Principito o a Mujercitas.

Hay que leer, por lo menos una vez en la vida, Romeo y Julieta, de William Chespier, editado por Vincent Vives.

Y terminamos con esta intervención de Julieta.

Así te vas, amor, marido, amigo, hazme saber de ti a todas horas, porque un minuto se me antoja un día.

Ay, que con esa cuenta seré vieja antes de ver de nuevo a mi Romeo.

Si quieres pasar un verano entretenido, no puedes perderte mi libro La fe, la ética y los valores de los superhéroes.

Un libro ideal para dar la batalla cultural con una sonrisa.