"Rumpelstiltskin" de los Hermanos Grimm

Todavía existen mundos encantados porque el niño que llevamos dentro nunca muere las puertas pueden ser más oscuras pero aún podemos buscarla todavía hay nobles aventuras por emprender todavía hay árboles que hablan cavernas que conducen á reinos inferiores siempre habrá hadas y elfos en la naturaleza porque siempre estarán bailando en nuestros corazones the andrew a menudo vagamos por este mundo como si fuera un sueño incierto como si una frontera invisible se alzara entre nosotros y la realidad que habita más allá de nuestros pensamientos más íntimos e irracionales después de todo hay un espacio de vital importancia en nuestras vidas que se reserva única y exclusivamente para las herramientas y designios de las materias grasas que brotan de la gaya ciencia el escritor norteamericano philip k dick dijo una vez que la realidad es aquello que incluso aunque dejes de creer en ello sigue existiendo y no desaparece pero añade a esto otra reflexión sublime la realidad objetiva es la construc ción sintética que trata con una hipotética universalización de multitud de realidades subjetiva es en esa hipótesis de las fronteras subjetivas donde habitan los cuentos de hadas allí surge el mundo de los seres feéricos y elementales donde los duendes y los elfos los demonios y los trasgos y los trolls y las criaturas imposibles fruto de la locura y la imaginación encuentran un lugar acogedor junto al fuego nuestro cuento de esta noche bebé de las antiguas tradiciones de los duendes muchas veces protectores del hogar algunas veces tan solo traviesos pero en ocasiones malvados e interesados ladrones de esperanza pero no sería sabio cuestionar la bondad o maldad de estas criaturas más allá de las interpretaciones que cada lector o escuchante tenga bien ofrecerse a sí mismo no en vano no sabemos exactamente quiénes son o qué es lo que quieren y es muy probable que algunos de ustedes ya conozcan historias de gentes bastante cuerdas que admiten haber recibido la visita de estas criaturas aunque sólo sea por el silencioso pacto que establecemos de niños con los cuentos de hadas sus narradores saben que no son ciertos sus escuchantes lo sospechan desde la primera infancia pero todos jugamos a creer en ellos porque los duendes como los dragones o los seres elementales existen en todas las culturas y períodos de la historia de la civilización ción y su verdadera naturaleza ya sea en la ficción o en la creencia sigue tan viva y despierta como lo estuvo en los orígenes del inagotable arte del cuentacuentos