

Description of Salir de la oscuridad
Sobre los juegos de poder. Releyendo a Marcos 10, 35-45.
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Hay que encender una luz en la oscuridad.
El día ya ha comenzado y el sol sale para todos, para los que se saben amados y para los que lo han olvidado, para ti y para mí. Hoy es un nuevo día, una nueva oportunidad. A nosotros nos gustan los lugares importantes y los asientos en primera fila. Nosotros tenemos predilección por salir en las fotos versallescas.
Sí, nosotros creemos que nos merecemos más que lo que ahora y aquí poseemos. Nosotros creemos que los medios justifican los fines, pero nosotros estamos cerrados cuando usamos las palabras para buscar beneficios personales, cuando creemos que un fin noble nos permite hacer malas prácticas. Sí, nosotros estamos cerrados.
Y frente al error solemos hacer dos cosas, continuar como si no pasara nada o respirar hondo y rehacer el camino. Muchos hombres y mujeres optan por lo primero. Es lo más cómodo, lo más infantil, lo más popular. Y es que lo segundo, respirar y rehacer el camino, nos causa dolor, exige hacer cambios, sobre todo por dentro, y nos empuja a salir de la oscuridad.
Jesús está preparando a los discípulos para lo que ha de venir con gestos y con palabras, pero los discípulos están atrapados por el relato de que la vida de fe es un jardín sin espinas, sólo con rosas. Los discípulos esperamos una recompensa inmediata por parte del Señor Dios, porque un día, allá lejos y hace tiempo, le dijimos, creo, pero el pasado no es un lugar donde podemos vivir ahora. Jesús no cree en los juegos de tronos, ni en las artimañas del poder, y por eso Jesús camina hacia Jerusalén.
Y nosotros sabemos que en Jerusalén hay una cruz, pero no nos equivoquemos. La muerte no es quien tiene la última palabra, sino el amor, sólo el amor.
Lectura del Evangelio de Marcos, capítulo 10, versículo del 35 al 45.
Santiago y Juan se acercaron a Jesús y le dijeron, maestro, queremos pedirte algo.
Jesús les preguntó, ¿qué quieren que haga? Ellos le dijeron, queremos sentarnos junto a ti en la gloria, el uno a tu derecha y el otro a tu izquierda. Jesús les respondió, no sabéis lo que estáis pidiendo. ¿Podrán ustedes beber la misma copa de amargura que yo estoy bebiendo, o ser bautizados con el mismo bautizo con que yo estoy siendo bautizado? Ellos le recontestaron, sí, podemos hacerlo.
Entonces Jesús les dijo, pues bien, beberéis de la copa de amargura que yo estoy bebiendo y seréis bautizado con mi propio bautismo, pero que os sentéis el uno a mi derecha y el otro a mi izquierda, no es cosa mía concederlo, es para quien ha sido reservado.
Cuando los otros diez discípulos oyeron esto, se enfadaron con Santiago y con Juan. Entonces Jesús los reunió y les dijo, como ustedes saben, los que se tienen por gobernantes de las naciones las someten a su dominio y los que ejercen poder sobre ellas las rigen con despotismo, pero entre ustedes no debe ser así. ¿Y si alguno quiere ser grande que se ponga al servicio de los demás? ¿Y si alguno quiere ser el primero que se haga servidor de todos? Porque así también el Hijo del Hombre no ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida en pago por la libertad de todos.
¿Quién me acompañará hoy en una oración? Padre, a ti mis primeras palabras de este día.
Espíritu Santo, tú iluminas el sendero de mi vida.