SANANDO EL COCO 12-06-2025 LA ACEPTACIÓN

Bienvenidos a una nueva conversación de Sanando el Coco. Aquí estamos Vicenç Aluhas y una servidora Elena Batista para hablar de un nuevo tema. Vicenç, ¿qué tal? Buenos días a todos.

Estábamos hablando antes de la importancia de la aceptación, pero ¿cómo cuesta al ser humano aceptar las cosas? ¿Por qué cuesta tanto? Pues sí, es verdad, ya nos viene aproximadamente desde nuestra edad infantil, si te fijas. Al principio todo nos va bien, cuando somos recién nacidos todo nos va fantástico, pero poco a poco, justo como va creciendo el ego, ese mecanismo de supervivencia, también va creciendo el no.

Que los niños ya me parece que son los tres años que empiezan con el no. Empiezan las pataletas. El no, el personaje y de ahí la no aceptación, que esto es lo que nos genera este malestar mental, emocional, pero es muy curioso porque el grado más alto de aceptación es la rendición. Claro. El grado más alto de aceptación es la rendición. La no lucha.

Exacto, pero fíjate en otra cosa. En España, por ejemplo, en los países latinos, la rendición es el acto de dejar total, de ser muy feliz, pero en los países latinos rendirse es de cobardes. Claro, es perder. Cuando rendirse es ganar. Me rindo de esta guerra y me voy a otra batalla. Ese es simplemente el cambio, darnos cuenta. Pero no, es la tozudez y entonces la aceptación es clave. Igual que la meditación, la actitud positiva, la reeducación, la aceptación es clave y funciona muy bien. Las cosas son como son, no como queramos que sean.

Yo siempre digo que los niños tienen esa etapa de las pataletas y pensamos que es una cosa de niños, pero luego los adultos también tienen pataletas porque en el momento que tú no aceptas la opinión de otra persona o que no piense como tú estás pensando, el adulto coge la pataleta que por narices te tengo que convencer de lo que yo digo es real y es verdadero. En vez de aceptar que tú, Vicente, tienes tu opinión, yo tengo la mía y vamos a aceptarla. Yo recuerdo en la época de la ansiedad y depresión uno de los momentos que más a mí me cambió ese momento de vida fue rendirme, aceptar. Dejé de luchar y al final dije bueno, es lo que hay, acéptalo.

En las teorías orientales hay una frase que es muy buena y que me gustaría que todo el mundo la entendiera que es la no aceptación es la causa de tu sufrimiento. Repito, la no aceptación es la causa de tu sufrimiento. Entonces, vamos a dar la vuelta. Imaginémonos que estamos sufriendo, un poco lo que tú estabas contando antes. Imagínate que estamos sufriendo, entonces automáticamente me siento en la silla y observo qué es aquello que no estoy aceptando.

Si soy capaz de hacer este ejercicio dejaré de sufrir. Es fuerte esto, es una gran herramienta para los que nos están escuchando. La no aceptación es la causa del sufrimiento y dices bueno, vamos a probar qué te está haciendo sufrir. Pues mira que es que no puedo, lo que está haciendo mi hijo, lo que está haciendo mi pareja o lo que está pasando con el gobierno o lo que está haciendo el ayuntamiento.

Entonces hay algo que están haciendo esta gente que no estás aceptando. Eso que no estás aceptando es la causa de tu sufrimiento. Entonces dices, ¿y cómo lo curamos? La pregunta que yo les hago, y funciona al 100%, es por favor, esto hacerlo. ¿Qué sería de mí? Por ejemplo, cuando una persona lo está pasando mal.

Entonces la pregunta que les hago es ¿qué sería de ti si no tuvieras ese pensamiento? Qué potente, ¿no? Al igual que yo, por ejemplo, cuando estaba en esa lucha constante de ¿por qué no tiene que ser así? Bueno, pataleta. Había algo que no aceptaba. No lo aceptaba en absoluto. Claro, llegó un momento que me di cuenta que yo misma me dije, a ver Elena, ¿está en tus manos cambiarlo? ¿Puedes tú?