SANANDO EL COCO 28-4-2025 LA APARIENCIA

¿Qué tal? Bienvenidos a Sanando el Coco. Aquí estamos Vicenza Lujas y yo para poco a poco ir sanando el coco. ¿Qué tal, Vicente? Hola, Elena, ¿qué tal? ¿Cómo estás? Muy bien, muy contento aquí de participar otra vez del podcast.

Muy bien. Hoy estamos hablando, ¿qué hablamos, qué hablamos? Y hay un tema muy importante que es la apariencia, que yo creo que tiene también mucho que ver con la ansiedad. ¿Qué opinas tú? Sí, sí, sí, que tiene mucho que ver. Y que diríamos, ya sabes que en sociología todos son estadísticas, que de las personas entre 15 y 75 años, podría ser que un 75% viva desde la apariencia o viva de las apariencias. Y bueno, que claro que es un tema muy importante a tratar porque realmente vivir de la apariencia o desde las apariencias es muy cansado, es muy duro, es agotador, porque es antinatural y todo lo antinatural es agotador. De otra manera, es lo normal.

Sí, es lo normal porque esto, si tú te fijas, desde los ancestros, ancestros de muchísimas épocas anteriores, la apariencia era importante, incluso en las tribus. El que era el rey, el jefe, era lo importante. Entonces, poco a poco yo creo que la apariencia se ha ido como infiltrando con publicidad, con mil cosas, incluso en la vida cotidiana. Yo trabajo en televisión y hay días que tengo muy mal día y tengo que aparentar que está muy bien el día. Y luego que viví también el tema de la apariencia con la ansiedad.

Sí, de todas maneras la apariencia que tú hablas, más que una apariencia, es una superación de un caso, de una situación.

En la televisión sí, porque tienes tu trabajo.

En otros casos es una manifestación del ego y ahí es patológico. La manifestación del ego es la necesidad de aprobación por parte de otros.

Y por no querer ser criticado.

Claro, sería más o menos. Para que no me critiquen, para quedar bien, aparento algo que no soy. Entonces, si te fijas, lo hemos dicho al principio, es muy interesante. Dice, es normal. Pues sí, porque casi todo el mundo aparenta algo que no es. Ahora lo que no es, es natural. Y al final, la gente que vive desde la apariencia acaba cayendo. Porque lo que se aparenta es tener más estatus, tener más poder, tener más dinero, tener más fama.

La perfección.

Que la perfección no existe.

No existirá nunca. Y ser más perfecto, entonces lo pasan francamente fatal. Llega un día en que vienen a consulta y te dicen, me encuentro mal y no sé por qué. Entonces, cuando empiezas a indagar, es que están viviendo una vida falsa.

Claro. Es la vida que no... De hecho, si me apetece compartirlo, yo cuando sufrí la ansiedad con depresión, sobre todo con el tema de la ansiedad, yo quería aparentar ser la madre perfecta. Es decir, yo tenía que estar bien, yo no podía hacer una papilla dos días antes, tenía que hacerla el mismo día, porque si no, era mala madre.

O sea, tenía que aparentar la mejor madre del mundo, la mejor esposa del mundo, la mejor hija del mundo, que todo lo hacía bien. Cuando yo realmente, yo estaba más a gusto en, pues no pasa nada. Si no llego a esto, no pasa nada. Y cuando dejé de ir esta perfección, esta apariencia, empecé a vivir tranquila dentro de mis posibilidades.

Entiendo, pero te pregunto. Entonces, figura que había un manual de la madre perfecta.

Correcto.

Y entonces tú tenías que aparentar o hacer ver que cumplías ese manual.

Yo no quería ser criticada. Yo quería aparentar que todo estaba perfecto. De hecho, por eso ese primer año de silencio, yo no me podía dejar de aparentar que no pasaba nada cuando me estaba pudriendo por dentro.

Imagínate, te hago otra pregunta. ¿Esto cuántos años hace? Esto iba hace 20 años. Imagínate ahora con redes.

Ahí va yo. Imagínate ahora con redes. Harías un pequeño vídeo de cómo preparas la papilla, cómo preparas el melón. ¡Qué fantástica! ¡Qué guapos! ¡Mira qué tal! Ahora has abierto el melón. Bueno, hemos abierto el melón de las redes sociales.

Es donde más se ve esa apariencia.

Sí. Yo tengo la gran ventaja, como tú, de que ya lo dices, de que ya somos de una generación en que lo vemos de otra manera.