El sangriento motín de Attica

Crímenes y criminales con luis martínez vallés la prisión de attica que se encuentra a medio camino entre los lagos erie y ontario allí en un rincón occidental del estado de nueva york aún así tiene más cerca a la ciudad de detroit que la de la gran manzana en el verano de mil novecientos setenta y uno la mayoría de sus internos eran afroamericanos y puertorriqueños y las condiciones que soportaban eran terribles aunque no excepcionales en el sistema penitenciario estadounidense construida en la década de los treinta en ese momento en mil novecientos setenta y uno albergaba a unos dos mil trescientos hombres son sobrepasaba en mucho la capacidad que tenía a estos hombres se les daba permiso para una ducha la semana tenían una pastilla de jabón y un solo rollo de papel higiénico para cada mes se dice que algunos guardas entre risas decían una hoja para cada día dos litros de agua al día de la que tenías que usar para beber y también para limpiar cada preso tenía de gasto asignado por el por el gobierno sesenta y tres centavos de dólar por día aquello no daba para mucho y el hambre acuciaba además en esa prisión no dejaban a los presos recibir cartas que no estuviesen escritas en inglés todas aquellas que no fuesen en inglés se destruían además tampoco se les permitía la práctica de la religión musulmana y por supuesto los presos afroamericanos llevaban sobre sus hombros las peores cargas los trabajos con más esfuerzo físico y además peor pagados las condiciones en la prisión de attica eran deleznables varios meses donde los presos aguantaron aguantar lo inaguantable y demandaron mejoras en esas condiciones querían tener mejores médicos querían tener mejores accesos a cosas tan simples como el agua durante meses lucharon por ello no hubo más que de respuesta promesas que nunca se cumplieron hasta que un día la paciencia se sobro el nueve de septiembre de mil novecientos setenta y uno un grupo de reclusos que vieron la oportunidad de de poder someter a un a un guarda lo hicieron este guarda que si fue golpeado de una forma salvaje de una forma inhumana murió días después este hecho fue el que digamos dio pistoletazo de salida a la revuelta aquello en la prisión fue como como una explosión se contagió los presos empezaron a hacer piña empezaron a hacer comanda empezaron a ser casi un ejército retuvieron a una treintena de funcionarios y empleados de la prisión agujerear tabiques y muros y por supuesto se hicieron con el control del recinto unas horas de caos hubo allí hasta que por fin entre los propios presos digamos que tuvieron un orden un grupo de líderes los que tuviesen voz y voto