Santoña a su Salud, con la psicóloga sanitaria Marina Aragoneses Lablanca/ Hoy hablamos de la apatía 21/04/2025

Es lunes y seguro que hoy hay más caras de apatía que cualquier otro día, hemos tenido varias jornadas de fiesta y cuando nos incorporamos a nuestras actividades, a nuestra rutina del día a día, nos cuesta más, un poquito más esbozar una sonrisa, una sonrisa. No sé si eso es apatía. Hoy en la sección Santoña a su salud, en la que ya estamos y que compartimos con la psicóloga sanitaria Marina Aragonés Eslablanca. Marina, ¿cómo estás? Muy buenos días. Hola, buenos días Gemma, aquí de lunes, un placer estar un lunes más aquí.

Igualmente, pues hoy vamos a hablar de la apatía, que no sé si mucha más gente de lo habitual tendrá en una jornada como la de hoy, después de tantos días de fiesta y nos vas a explicar por qué es importante hablar sobre la apatía para entender por qué nos cuesta tanto arrancar, por qué a veces nos sentimos como si estuviéramos en pausa, aunque todo siga pasando a nuestro alrededor.

En primer lugar, vamos a saber un poco y definir de qué estamos hablando. ¿Qué es exactamente la apatía? ¿De qué hablamos cuando hablamos de apatía? Pues podemos describir la apatía como una falta general de interés, de motivación o de emoción hacia cosas que normalmente nos importaban. No es simplemente estar triste o estar vago, sino más bien una desconexión emocional de no tengo ganas, no me importa, todo me da igual. Viene a ser como un apagón interno.

¿Es lo mismo que estar desmotivado o simplemente cansado? No, no es exactamente lo mismo. Estar desmotivado o cansado puede ser algo puntual, una reacción normal a una mala semana, a falta de descanso o a una etapa de mucho estrés, pero la apatía va mucho más allá. Es una sensación más persistente, más profunda, en la que la persona no solo está sin energía, sino que pierde el interés por las cosas que antes le gustaban o que antes le importaban.

Por ejemplo, cuando estamos cansados, sabemos que si descansamos, dormimos bien o desconectamos un poco, lo más probable es que nos recuperemos, pero con la apatía, aunque descanses, sigues sintiendo esa especie de desconexión de todo me da igual, no tengo ilusión, no tengo ningún impulso. Es como si el mundo siguiera su curso, pero tú no tienes ganas ni fuerzas para participar y cuando esa sensación se mantiene en el tiempo, pues puede estar avisándonos de que algo emocionalmente más profundo puede estar ocurriendo.

Muchas personas pueden estar sintiendo apatía sin saberlo. ¿Cómo podrías describir esa sensación de forma que nos llegue, que nos haga pensar si eso me pasa a mí exactamente? Para describirlo, visualizarlo, voy a utilizar una metáfora que creo que se puede identificar un poquito mejor la situación. Podríamos imaginar la apatía como si estuviéramos manejando un coche que antes funcionaba perfecto, tenía gasolina, el motor respondía y nos llevaba donde queríamos ir, pero de repente ese coche empieza a perder fuerza, ya no acelera igual, cuesta más arrancarlo y aunque el camino sigue ahí, hay algo que no puede continuar, aunque haya destinos que pueden ser muy interesantes.

La apatía es un poco eso, no es que no sepamos hacia dónde vamos o que no tengamos capacidad, es que el motor emocional que nos movía empieza a apagarse y cuando esto ocurre es importante revisar qué está pasando bajo el capó, es que nos falta combustible, hay algo atascado o estamos simplemente agotados de tanto andar sin parar y reconocer que el motor necesita cuidados, no es rendirse, es justo lo contrario, es un acto de responsabilidad con uno mismo y a veces para volver a sentir esa energía, ese impulso vital, necesitamos hacer una parada en boxes y dejarnos acompañar por alguien que nos ayude a revisar qué nos está pasando o qué necesitamos.

¿La apatía siempre se presenta de la misma forma o hay distintos tipos o maneras de sentirla? No, no hay una única forma de vivir la apatía, a veces la asociamos solo con la falta de ganas o motivación, pero la apatía puede tener diferentes matices según la persona y el contexto.

Por ejemplo, hay una apatía más emocional donde la persona siente que nada la emociona, ni lo bueno ni lo malo, es como si todo pasara sin generar ninguna reacción interna.

Luego podemos encontrar una apatía más conductual donde cuesta muchísimo iniciar cualquier actividad, cosas que antes eran parte del día a día como levantarse, ducharse o salir a dar un paseo, donde se siente como que se está haciendo un gran esfuerzo.