Shelly Ramirez: "un día me desperté y cambié de vida, y creé Chacco Marketing"

Un día me desperté, que estaba en Andalucía, por una feria y dije, yo no me quiero ver así toda la vida.

Total, que yo empecé a pensar que yo quería montar mi agencia.

Chaco Blue es el mejor semental del mundo.

Entonces, es como si quien oye Chaco y oye El Mundo del Caballo es como si yo te digo Nadal Marketing, dices, esto tiene que ver con el tenis.

Bueno, entonces empecé a pensar el nombre, Chaco Blue, y yo soy muy de escribir en papel y boli.

Tú llegas a mi casa y tengo...

O sea, yo luego todo lo plasmo al ordenador, pero soy de las que escribe y la agenda física y dándole vueltas a mi idea de business.

Shelly Ramírez, quien es una apasionada de los caballos, una chica, bueno, chica ya con casi 40 años, no sé si se puede decir, o una mujer, ponle el título que más te guste, que nació en Miami, que se crió entre Venezuela y Murcia y que se vino a Madrid hace cerca de tres años persiguiendo el sueño de ser el referente en el marketing y la comunicación del mundo del caballo.

Ya has contado muchas cosas.

¿Qué he contado? Pues ya se ha acabado la entrevista.

No, no, hay que parar, hay que parar, hay que parar.

Miami y Murcia.

Todo un cóctel.

Y Venezuela. ¿Cómo es nacer en Miami? Pues mira, nací en el mismo hospital donde nacen los hijos de Julio Iglesias, de Papucci, o donde Ana Obregón tuvo a la nieta e hija, en el Jackson Memorial Hospital.

Y de hecho, hace dos años, hace dos veranos, pasé mi cumpleaños en Miami, bueno, yo intento ir a mi cumpleaños si puedo a Miami siempre, y me fui con mi madre al hospital y dije, ay, fíjate que nací yo aquí.

Y hasta paré a un médico y le dije, tenemos que grabar un vídeo para mi Instagram, que se puede ver, explicando que esto es un día grande aquí en Miami, en el hospital, y el hombre, que era dominicano, gracioso, lo hizo, que todo el mundo se acuerda, el 22 de agosto.

Y ya me sirvió para hacer una criba de mis amigos y conocidos, quienes tenían cerebro y quienes no.

Porque quienes venían, ay, qué fuerte, entonces en Miami se acuerdan de ti, tu hospital se acuerdan de ti.

Ya los iba poniendo en un lado o poniendo en el otro.

Bueno, están preparando la placa, supongo, para colocarla en la puerta del hospital.

Pues mira, puede ser, puede ser que llegue, porque a mí el tema de ser conocida, de moverme, de no callarme, de meterme, mira que estamos, me estás entrevistando, o sea que, muevo y me muevo.

No, esto es una conversación, tampoco es un interrogatorio, no, es una conversación, hablamos de la vida, de tu vida.

De la mía ya la sabe todo el mundo, la tuya es la interesante.

Pues mira, yo pienso que mi vida, o sea, no entro en mis planes morirme de momento, no lo tengo como planeado, pero pienso que si me muriera mañana, tendría que decirle a la gente que me quiere, bueno, la verdad que he vivido tres vidas, porque he viajado más que nadie, me he reído más que nadie, he llorado más que nadie, me he tomado los mejores vinos, he montado los mejores caballos, he trabajado en lo que me ha encantado, o sea, a mí mi vida me encanta.

Y has estado en Murcia.

Y he estado en Murcia.

¿Qué has hecho en Murcia? ¿Qué he hecho en Murcia? Pues licenciarme en Derecho, que quería haberme licenciado en Periodismo, y mi madre me dijo, yo soy abogada, tu abuela era abogada, cuando termines la carrera, trabajarás conmigo, y yo, pues, vale mamá, entonces soy una periodista frustrada, yo siempre digo que soy periodista sin título.

Pero bueno, me sirvió el leer tanto, el estudiar tanto, para comunicarme, para escribir, para redactar, me quedo con eso, pero desde luego fui súper mal estudiante.

Pero la pena es que en parte has vivido la vida que quería mamá.

En parte sí, pero empecé a trabajar con los caballos, porque me saqué toda la titulación como monitora de hípica, jefe de pistas, juez de salto, examinadora de galope, y entonces empecé a trabajar, y la carrera la llevé un poco bastante mal, o sea, aunque yo ya me fui pesando, vamos que tardé siete años en terminar la carrera.

Tú ibas al galope y la carrera iba al paso, ¿no? Más o menos.

¡Qué barbaridad! Entonces, sí, sí.

O sea, como licenciada en Derecho, yo como abogada habría sido pésima.

Bueno, si hubiese sido penalista, tenía gracia, pero hubiese sido la única opción, lo demás no.

Bueno, pero ¿te ha servido de algo, seguro, la carrera de Derecho? Sí, yo creo que Derecho te sirve, pues mira, me sirvió para el tema de comunicación, me sirvió porque vergüenza no he tenido nunca, no sé si es un defecto o una cosa.