SIEMPRE POSITIVOS Gloria Oñoro -Humor terapéutico-

Estamos en la sintonía de la 88.7. ¿Qué tal? ¿Cómo estás? ¿Buenos días? ¿Cómo estás, Gloria? Muy bien, bueno, a mí no me están saliendo verdinas, me están saliendo branquias. Yo creo que este verano podré respirar debajo del agua, como los pececitos, porque yo estoy viendo que me salen por aquí por el cuello y yo creo que son branquias. Te estás convirtiendo en una pescaílla. ¡Ay, mamá! Estoy mutando, estoy mutando. Aquaman, aquagirl. Ya está lloviendo otra vez, ya está lloviendo otra vez, pero vamos a reírnos, que de eso se trata hoy, ¿no? Bueno, bueno, a pesar de... Yo siempre estoy diciendo... Bueno, el otro día decía Manolito el Bailongo, nuestro querido amigo que nos visita los martes de práctica, decía...

No, no, los que se van a poner las botas y se están poniendo las botas son los pintores y las tiendas de pintura, porque no me vea cuando esto ya... Cuando pare. Cuando pare, que esperemos que pare, los latones de pintura van a volar. Sí, claro. Nunca llueve a gusto de todos y no hay mal que por bien no venga. O sea, siempre hay alguien que se beneficie de todo, que se beneficie del sol, que se beneficie del agua, eso es así, eso es así. Pero bueno, está claro que no vamos a poder decir más que hay sequía, por lo menos en una temporada habrá que cambiar el discurso a otra historia, porque no para, es que no para. Sí, ya digo que... Esta noche ha sido espectacular. Sí, sí. Porque además en mi casa hace muchísimo ruido el agua en el techo y parecía que se iba a caer el mundo, de verdad. Ha caído agua, pero con muchísima fuerza, o sea que...

Y además esto también es verdad que ahora vamos a hablar del tema que tú nos traes hoy, que a mí me ha encantado la idea, pero además esto, Gloria, pone cuando hay muchos días seguidos de esta manera, lo que ocurre también que se va deteriorando todo, se va deteriorando los techos, las viviendas, las casas, las casas que además están en ruino, hay que tener muchísimo cuidado, porque llueve sobre mojado, no da tiempo a que pueda absorber la tierra todo lo que tiene que absorber y es verdad que luego se pone de relieve todos los desperfectos, por eso yo lo decía también, no solamente es este tema, sino que luego pues queda toda una primavera y verano para poder de nuevo adaptarlo para aquellos que decían que vamos a tener un invierno y un otoño como muy cálido, ¿no? Cálido la leche que mamate, madre mía. Madre mía. Y bueno, y las carreteras, Antonio, que están de baches, porque el agua cae con muchísima fuerza y va deteriorando todo, los caminos, todos encharcados, todos embarrados y unos de baches.

Yo paseo por el camino de la dehesa y por el camino viejo y bueno, es intransitable por completo, eso es una nueva cárcava que se está haciendo ahí, de la fuerza que tiene el agua por ahí cuando baja, como es bastante pendiente, pues se ha llevado el camino enterito por ahí, no puede transitar ni siquiera un todo terreno, nada. Entonces, no está ahí muchísima gente viviendo, pero hay gente que vive ahí. No sé cómo pueden acceder por los caminos, pero si son las carreteras de asfalto, el otro, el domingo reventamos unas amigas y yo en una rueda. No iba conduciendo yo ni era mi coche, pero podría haber sido, ¿no? En la carretera estaba toda llena de charcos, no había manera de esquivarlos, tú solamente podías decidir qué charco querías pisar y nos equivocamos y pisamos uno que tenía medio metro de profundidad, porque vamos, aquello ya no sé cómo era de grande. Estaba cubierto de agua y no ves el fondo. Entonces, bueno, pues dimos un llantazo allí y la llanta en el suelo. O sea que es lo que tú dices. Esto pone a prueba todas las estructuras, todas las estructuras. Va a haber goteras, va a haber humedades, va a haber, bueno, las carreteras, los caminos. Entonces, después en la primavera y en el verano tocará reconstruir todo eso. Ahora mismo toca aguantar el chaparrón, nunca mejor dicho.

Nunca mejor dicho, lo has dicho muy bien. Madre mía, qué bien lo haces. Lo has dicho perfectamente, Gloria, aguantar el chaparrón hasta que todo esto termine y ya está. Bueno, hoy precisamente hay un tema que yo siempre lo he escuchado y creo que todo el mundo lo sabe también. ¿Hasta qué punto existen terapias de risa, terapias de choque y demás? ¿Hasta qué punto el humor es terapéutico, querida Gloria? Ese es el tema que tú nos traes hoy, ¿no? Sí, me gustaría hablar del humor como terapia, porque realmente el sentido del humor no es solamente vamos a pasarlo bien y nos vamos a reír, que aquí lo tenemos en cantidades industriales. Tú has puesto el ejemplo de Jorge Catabal, el de los morancos, que he visto yo el vídeo y me he partido de la risa. Estoy mutando a gallego y el barco ese está cogiendo percebe. O sea, aquí tenemos una capacidad extraordinaria para sacarle jugo y partido.