LA SILLA 8-5-2025 Pedro Martín-Romo se sienta en La Silla🪑

Estás escuchando La Silla Podcast, con Belén y Manu.

¿A quién no le va a gustar? Ay, esta silla me recuerda.

Bueno, Belén, el verano pasa, la vida pasa, pero la silla sigue.

La silla no pasa. Y estábamos aquí con nuestro invitado, invitado secreto, comentando la maravillosa silla que tengo aquí donde grabamos.

Es de mi abuela, es que era de mi abuela, es una silla de abuela porque era de mi abuela.

No os riáis de mi silla, que es muy cómoda.

Belén, yo te iba a preguntar por los juguetes, si hay alguno que ha jugado otra vez a Toy Story o de momento están todo el verano calmaditos.

Bueno, esto vamos a tener que meterlo como gag del programa o algo.

Yo creo que esto ya lo dije en el programa anterior, igual me estoy repitiendo, pero es algo que a lo mejor no le interesa a nadie, pero el caso es que hay juguetes en mi casa que se mueven solos.

Pero no, no ha vuelto a pasar, no ha vuelto a pasar, estoy tranquila, la verdad.

Bueno, pues habrá que decir con quién estamos hoy, ¿no? Vaya nivel, aquí esto no baja, sube, el nivel es impresionante.

¿Lo dices tú o lo digo yo, Belén? Venga, dale caña tú, Manu.

Bueno, pues tenemos a Pedro Martín Romo, nuestro escritor de cabecera.

¿Qué tal, Pedro, cómo estás? Bueno, pues estaba muy bien hasta que Belén ha nombrado de que hay juguetes que se mueven solos y demás, y entonces ya me he puesto a mirar todo lo que hay por aquí, en la sala, no vaya a ser que algo se mueva o los ojos de algún muñeco me miren.

No cuente nuestros secretos.

Y no sé yo.

Y también he de decir que los ojos se me han ido a la silla lo primero, porque es que mi abuela tenía una exactamente igual, igual, igual, igual.

Es que las sillas dan mucho juego.

Claro, es que aquí hay sillas de calidad, sillas de toda la vida, como los vasos y los platos de Duralex, que te dura toda la vida, por algo se llamaba así.

Pues estas sillas, lo mismo, a juego, que van.

Pues nada, presenta aquí a Pedro, ¿no? ¡Pedro! Se te mencionó en el primer programa porque empezó a llover y se pegó aquí un grito de, como ha hecho Belén, ¡Pedro! Ah, es verdad, es verdad.

Sales en la silla 5, pero también sales en la silla 1.

Es verdad, te mencionamos por lo del tiempo, que bueno, ahora lo diremos, pero es que tenemos aquí a nuestro particular hombre del tiempo, y te mencionamos y no pudo faltar el, ¡Pedro! Pues ojalá que volvamos a traer la lluvia, porque después del verano, ya metidos en el otoño y tal, pega, que llueva, que haga frío, las hojas caen, el viento fuera, en fin, estar en tu casa, las primeras mantitas cuando te arropas, el primer jersey, qué gusto, qué sensación.

Qué gustito, bueno, pues lo dicho, estamos aquí en la silla con Pedro Martín Romo, un hombre del renacimiento, porque es, atención, meteorólogo, profesor de Geografía e Historia, y como no, como ha dicho ya bien Manuel Papasito, nuestro escritor de cabecera.

Es licenciado en Administración y Dirección de Empresas y con 10 años le picó el gusanillo de la meteorología.

A los 15 publicaba sus comentarios sobre el tiempo en foros y distintas páginas de Internet, y de más mayorcito le dio por escribir, y aquí estamos, y esto es, por suerte, para nosotros.

Y bueno, esto de la meteorología, ¿resulta que presentaste el espacio El Tiempo en IMAX Televisión? Cierto es, es verdad, mira, me acabas de traer a la memoria una etapa así en IMAX Televisión, pues yo no sé si fue un año, año y medio, una cosa así, estuve haciendo el espacio de El Tiempo, me encantó, porque era la primera vez que me ponía así delante de una cámara de manera seria, y me gustó mucho esa experiencia, pero bueno, antes comentabas que con 10 años, pero es que antes yo ya era un friki de la meteorología y cuando era chiquitillo, pero muy chiquitillo, hacía zapping entre los distintos canales para ver todos los tiempos, que decía lo mismo, claro, y el mapa, pues básicamente era lo mismo, pues me veía todos los tiempos, pero es que verás, os voy a contar una cosa graciosa, cuando también era pequeño aparecieron los primeros modems de Internet, y no sé si recordáis que hacían un ruido cuando se encendía, que era horrible, bueno, pues te cobraban por el tiempo que tú estabas conectado a Internet, entonces mis padres no querían que yo me conectara, porque eso era pagar más, bueno, pues yo a escondida me iba al despacho, me ponía a toser y a hacer ruido para que no se escuchara el modem mientras se encendía, que yo supongo que mis padres, pues a ver, se enteraban, digo yo, y luego cuando veían la factura, pues aparecía ahí, y me metía...