La sirenita

Bienvenidos a cuentos clásicos para no dormir en el anterior capítulo escuchastes caperucita roja una versión poco edulcorada y adulta habéis encontrado su moraleja dejármelo saber en comentarios antes de escuchar el siguiente relato te recuerdo que no es apto para niños ni para personas sensibles puede causar pesadillas te atreves a escuchar pues prepárate para no dormir estrenamos el segundo capítulo con uno de mis cuentos favoritos la sirenita el mar estaba en calma el viento guiaba a los marineros a su destino el capitán arqueaba las cejas y observaba intranquilo esa paz tan extraña sus hombres tenían ganas de pisar tierra firme le rogaban que fuera toda máquina pero la experiencia la advertía de que usaran las velas para pasar desapercibido quizás si navegar a otro día a otra hora nadie se habría dado cuenta pero hoy no son tritones gritó un hombre señalando a babor los hombres se armaron esperando el ataque una ola subió a los seres del mar a bordo la sangre humana tiñó el agua de granate los restos desmembrados fueron devorados y el barco fondeado en un acantilado tuvieron la mala suerte de pasar por encima del anfiteatro real donde en pocas horas la hija menor del rey poseidón celebraría un concierto especial en honor a su padre dos enormes morenas guiaban a un pequeño delfín a través del laberinto de coral hacia el anfiteatro el pequeño estaba nervioso y entusiasmado se colaron por unas aberturas muy estrechas el delfín pasaba muy justo por ellas quería ir más lento pero a las morenas no vas java en el ritmo llegaron a una entrada oculta donde un pez ángel esperaba ansioso buen trabajo observó al delfín con una sonrisa nerviosa siguen ella te está esperando el delfín cases sufre una catarsis nerviosa al reconocer al gran mayordomo no hay ser en el océano que no conozca gran y servicial mayordomo no podía creer que estuviera nadando a su lado dentro del anfiteatro real para conocer a la más grande criatura de los mares entraron en una sala enorme de coral rojo el mayordomo le hizo un gesto para que esperara había una puerta camuflada entre el coral con un suave gesto la puerta produjo un silbido era la señal el pequeño delfín abrió bien los ojos mientras ella entraba en la estancia era aún más hermosa en persona de lo que había imaginado su piel azulada las escamas irisadas en tonos violáceos un distintivo de la familia real dos manos palmeadas un fino cuello unas branquias que parecían collares de perlas una cabeza redonda brillante donde dos ojos sin párpados lo observaban sonriendo majestad ambos hicieron una reverencia este es el pequeño delfín su voz era melódica suave así es contestó el mayordomo el pequeño delfín no era capaz de articular palabra me dijeron que tienes una voz preciosa me dejarías escucharla el inocente pez levantó la cabeza tímidamente se preguntaba si podía observar su rostro o si estaba prohibido como decían las malas lenguas por favor suplicó la sirena es un honor estaba a punto de echarse a llorar de la emoción cogió aire varias veces estaba muy nerviosa abrió la boca y su sonido era rítmico por los nervios pero a los pocos segundos era una melodía suave y sobrecogedora la escuchas mayordomo su rostro era frío no sabía si le gustaba o le horrorizaba es más hermosa que la mía escucho se echó hacia atrás esperando lo inevitable dime pequeño que es lo que más deseas en este