Siri baila sola

Hola, soy Javier Lacorte y esto es Loop Infinito, podcast diario de Pelesfera sobre Apple y su ecosistema. Empezamos.

Esta semana ha pasado algo poco habitual en la guerra de los asistentes de voz. Tanto Amazon como Google han presentado sus nuevos dispositivos domésticos el mismo día. Por un lado el Echo.max, Echo Studio, Echo Show 8 y Echo Show 11 de Amazon. Y por otro lado Google con una nueva Nest Cam, un nuevo timbre Nest Durbel, un nuevo altavoz Google Speaker y su renovada app de Google Home por el otro lado. Es coincidencia de calendario, pero también es un síntoma de lo que podríamos llamar cierta urgencia compartida. Esto al final, si lo ves como un simple anuncio de altavoces con mejores graves en el caso de Amazon Presumia o con pantallas con más píxeles, se queda corto.

Al final aquí lo que estamos viendo son dos grandes tecnológicas enterrando a la vez a sus asistentes clásicos, Alexa por un lado, Google Assistant por otro lado, para sustituirlos en ambos casos por versiones comerciales impulsadas por LLMs, es decir, grandes modelos de lenguaje.

Alexa Plus, anunciado hace unos meses ya, y Gemini for Home, la versión de Gemini para la domótica, el entorno doméstico, son los dos nombres comerciales de esta especie de realidad incómoda si dicha por lo bajo, con la boca pequeña, es que los asistentes de voz pre-Chart GPT, por decirlo así, o los asistentes de voz pre-LLM están muertos y Apple es la única gran empresa que aún no ha ido a ese entierro.

Amazon y Google seguramente han entendido muy bien que las reglas cambiaron el 30 de noviembre del 22, ese día fue cuando esa GPT llegó a nuestras vidas y provocó ese gran terremoto, y ahí vimos lo que significa una conversación de verdad con una IA, incluso en aquel GPT-3, creo que ni siquiera 3.5, tan básico que nos parece ahora, pero tan transformador, tan revolucionario, nos pareció en ese primer momento.

Ahí vimos pues eso, lo que es una conversación real con una IA en cuanto a contexto, en cuanto a razonamiento, en cuanto a sorpresa, ahora también en cuanto a memoria, y todos aprendimos que existe algo mejor que pedir en un altavoz que ponga no sé qué canción o que active un temporizador para que no se me queme la pizza, y esas funciones básicas siguen siendo útiles hoy en día, pero se han vuelto un poco invisibles, es un poco, lo contaba en Sataka, se han vuelto como el microondas de la tecnología, está ahí, funciona, es útil, pero fuera de su uso muy concreto nadie piensa en él, no le pedimos más, no esperamos más, es una utilidad ahí arrinconada.

La promesa de Alexa Plus y de Gemini for Home es recuperar sobre todo la atención perdida, conversaciones naturales, automatizaciones complejas creadas simplemente con voz, cámaras que ya no detectan únicamente movimiento, sino que entienden y explican lo que ven, pues el repartidor ha dejado un paquete sobre el felpudo, todo esto en lugar de simplemente se ha detectado actividades, es un poco la propuesta, o parte de la propuesta de esas novedades, es decir, contexto y no simplemente eventos o sucesos.

Intención y no solamente un comando muy rígido, es un salto conceptual muy grande, que es el mismo que puede separar a un contestador automático de los años 90 con ChatGPT hoy en día, para mí es un salto un poco equivalente, pero hay cierta trampa porque ese futuro tiene un precio, 10 dólares al mes en el plan más básico, 20 en el plan completo. Google Home Premium y el equivalente de Amazon, están convirtiendo el hardware en una excusa para otra suscripción, en este caso una especie de suscripción por la casa, por esa inteligencia doméstica. Antes te comprabas un Echo o un Nest y ya estaba todo incluido, pero ahora el dispositivo sólo es la puerta de entrada a un modelo de ingresos recurrentes, es decir, lo que os comentaba, tu casa convertida en otra cuota mensual.

Y no es casual que tanto Amazon como Google presenten esto al mismo tiempo y prácticamente de la misma forma, parece que se han copiado los deberes el uno al otro. Al final, los costes de inferencia de los modelos grandes de lenguaje son muy grandes y alguien tiene que pagarlos. En la web, digamos, fuera de esos dispositivos sigue habiendo cuentas gratuitas de ChatGPT o de Gemini que dan mucho margen para un uso ligero, pero en el hogar ese margen desaparece. La IA es una nueva herramientadora de mercados, con ella tu producto es premium, sin ella es una especie de reliquia del pasado.

Y el timing tampoco es inocente porque estas presentaciones han llegado después de muchos años viendo esta categoría bastante estancada. Alexa y Google Assistant llevaban por lo menos cinco años haciendo básicamente lo mismo. Música, alarmas, qué tiempo va a hacer, controlar las luces, poco más. La narrativa se ha agotado. Los usuarios directamente hemos dejado de imaginar qué más podían hacer esos altavoces que tenemos en casa, simplemente nos hemos acostumbrado a la visión del micrófono que os decía, a esa cierta indiferencia.

Amazon y Google van a intentar o ya están intentando romper esa inercia con muchos componentes nuevos para esta apuesta, desde chips personalizados hasta plataformas de sensores que han bautizado con nombres así muy grandilocuentes como Omnisense y también mucha promesa de IA ambiental de esta que anticipa necesidades, pero al final el problema es que el factor de forma es el mismo. Lo que tú estás viendo delante es un cilindro o un núcleo.