Description of El Soldadito de Plomo
En la quinta entrega de Cuentos Infantiles te explicamos otro clásico. Hoy es el turno para un juguete, el soldadito de plomo, uno de 25 hermanos como él, pero con una sola pierna igual que su amada bailarina, o eso piensa el soldadito. Una ventura entre juguetes escrita por Hans Christian Andersen
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Que no te lo cuenten escucharon una producción de gas punto com bienvenidos a las emociones bienvenidos a las aventuras bienvenidos a la imaginación bienvenidos a la diversión niñas y niños madres y padres toda la familia aquí tenéis los hoy dos infantiles había una vez veinticinco soldaditos de plomo hermanos todos ya que lo sabían fundido en la misma vieja cuchara fusil al hombro y la mirada al frente a si era como estaban con sus espléndida que herrera rojas y sus pantalones azules lo primero que oyeron en su vida cuando se levantó capa de la caja y que venían fue soldaditos de plomo dado había sido un pequeño que gritó esto batiendo palmas pues eran sus regalos de cumpleaños ex a los puso en fila sobre la mesa cada soldaditos era la viva imagen de los otros con excepción de uno que mostraba una pequeña diferencia tenía una sola pierna pues al fundir los había sido el último y el plomo no alcanzó para terminarlo así todo allí estaba él tan firme sobre su única pierna como los otros sobre las dos y es de este soldaditos de que vamos a contar la historia en la mesa donde el niño los acababa de alinear había otros muchos juguetes pero el que más interés despertaba era un espléndido castillo de papel por sus diminutas ventanas podía verse los salones que tenían su interior al frente había unos arbolitos que rodeaban un pequeño espejo este espejo hacías veces del lago en el que se reflejaban dando unos blancos cisnes de cera el conjunto resultaba muy hermoso pero lo más bonito de todo era una davis el a que estaba de pie a la puerta del castillo ella también estaba hecha de papel vestida con un vestido declara y porosa mouse lina con una estrecha de azul a dudas sobre el hombro a manera de banda en la que lucía una brillante lentejuela tan grande como su cara la miseria te digan los dos brazos en alto pues han de saber ustedes que la bailarina ya había alzado tanto una de sus piernas que el soldaditos de plomo no podía ver dónde estaba y creyó que como él solo tenía una esta es la mujer que me conviene para esposa se dijo pero que fichajes si hasta vive en un castillo yo en cambio solo tengo una caja de cartón la que ya habitamos veinticinco no es un lugar propio para ella de todos modos pase lo que pase trataré de conocerla y se acostó cual largo era detrás de una caja de tabaco que estaba sobre la mesa desde allí podía mirar a la elegante la miseria que sequía parada sobre su sola pierna sin perder el equilibrio ya avanzada la noche a los otros soldaditos de plomo los recogieron en su caja y toda la gente de la casa se fue a dormir a esa hora los juguetes comenzaron sus juegos recibiendo visitas peleándose y bailando los soldaditos de plomo que también querían participar de aquel alboroto se esforzaron ruidosamente dentro de su caja pero no consiguieron levantar la etapa los cascanueces daban saltos mortales y la tiza se divertía inscribiendo bromas en la pizarra tanto ruido hicieron los juguetes que el canario se despertó y contribuyó al escándalo con unos trinos en verso los únicos que ni pestañear un siquiera fueron