Soltar el manillar: de amores, resacas y horizontes

Viajo en moto. Un podcast de viajes, de aventura, de lugares lejanos o no tanto, y de grandes viajeros o no tan grandes. Hola, estimada chavalería, aquí comienza Viajo en moto, el programa de los viajes en moto. Con Roberto Naveiras, con traje de geisha en Asturias, en el norte de la península ibérica. Hablamos de viajes en moto, viajes en camión, viajes en furgoneta y mil cosas más.

Viajoenmoto.com Hola muchachada, ¿cómo están ustedes? Bien, bien, tienes que contestar.

Por aquí sin novedad, dedicándome a las tareas propias de mi edad que le vamos a hacer.

Aquí Roberto Naveiras desde Grandes de Salime, en el culo del mundo conocido.

Bienvenidos seáis a Viajo en moto, el programa en el que se habla de muchas cosas. El programa en el que antes se ponía buena música y ahora ponemos jazz. Contemporáneo, eso sí.

Hoy quisiera empezar el programa dedicándole un recuerdo cariñoso a mi Royal Enfield Classic Battle Green 500 FV que se ha ido de mi lado. La venta estaba realizada, pero esta semana se ha ido. Adiós pequeña, espero que disfrutes con tu nuevo dueño y espero que las carreteras de la comarca te sean propicias. Que se la he entregado esta semana a un vecino y amigo, que es quien me la compró hace tiempo ya, y la moto se queda aquí cerca, así a cuatro kilómetros, pero aun así, cuando la entregué, cuando se la dejé ahí en la puerta de casa, me dio la sensación de estar cometiendo un acto de alta traición.

Ella no decía nada, es verdad, también es normal, pero yo sentía que me miraba con rencor, con pena. Daba igual que yo le dijera que iba a estar mejor allí, que lo nuestro no podía ser, que casi nunca salíamos juntos ya. Mis ojos y mis manos están con una más jovencita, con la Triumph Bonneville, y la Royal pues estaba quedando en un segundo plano.

Soy consciente de eso. Quizá, pensándolo fríamente, no tendría que haberme comprado la Triumph, pero las veleidades de este viejo motorista son de una fuerza sublime. No es que esta Triumph sea más joven, no solo eso, es que además tiene más garra, tiene más fuerza. La Royal es una moto recia, hermosa, con la presencia rotunda de una pequeña diosa.

Pero la novedad es la novedad, amigo, ¿qué vamos a hacerle? Y me apenaba verla allí arrinconada en el garaje, suplicante, anhelando un paseo que nunca llegaba. Esta semana por fin nos hemos librado el uno del otro. Fue bonito mientras duró, pero hay que saber soltar, hay que reconocer cuando una historia se termina para no provocar más daño del estrictamente necesario.

Y yo he soltado. A ver si ella es capaz de hacer lo mismo y rodar alegre con su nuevo dueño.

Y es que ni las motos ni los viajes ni las personas pertenecen del todo a alguien. Nosotros no pertenecemos a nadie. Simplemente nos acompañamos durante un trecho del camino hasta que toca soltar. Unas veces la separación es más dolorosa y otras veces viene a ser algo así como una liberación.