T2 E37 Manos pequeñas, crímenes grandes.

El asesino en serie mata por placer, en un marco que busca el poder sobre la otra persona, el control, la venganza o la realización de ciertas fantasías personales.

Suelen, dicen los expertos, ser crímenes premeditados.

¿Pero qué hay de todo ello cuando el macabro relato del que hablamos trata sobre un asesino infantil? ¿Qué capacidad tiene un niño para matar? ¿Qué respuesta legal hay para dar solución al inusual, gracias a Dios, comportamiento de un niño asesino? ¿Cómo entender la conducta homicida en menores? ¿Cómo puede gestionar esto la sociedad? Preguntas y más preguntas durante siglos sin respuestas.

Según los estudios en esta controvertida área, sugieren una y otra vez que los traumas infantiles, el abuso físico o emocional, pueden causar los problemas en el desarrollo de sus funciones ejecutivas y, evidentemente, que deben existir factores de riesgo que en la etapa de crecimiento perturben la mente del niño.

¿Pero cómo evaluar, pues, la psicopatología de un menor como medio de prevención a una conducta errática? Bienvenidos a Héroes del Crimen, soy Rose Guerrero y hoy voy a contar, no una, sino cinco historias de esas perturbadoras donde la pobreza infantil, las drogas, la miseria, el abandono y los trastornos de la personalidad son el cultivo necesario para esta epifanía del demonio.

¿Tiramos del hilo? A pesar de la división existente en Estados Unidos sobre el uso o no de las armas, existe un punto en el que todos parecen estar de acuerdo, y es que ningún menor debería tener acceso alguno a arma cargada y sin seguro, pues casi a diario un niño mata o hiere a alguien con un arma en este país y 13 niños al día mueren en Estados Unidos por armas de fuego.

La tasa de muerte accidental de niños es nueve veces mayor que la de los otros 25 países más grandes del mundo.

Los estadounidenses tienen el récord en la compra de armas como medio de defensa, pero justamente este concepto de defender a los suyos con un arma de fuego hacen que éstas estén a menudo cargadas y a mano, por si hiciera falta, en lugar de lo que dicta la lógica descargadas y bajo llave para evitar incidentes como este primer caso que nos ocupa hoy, ocurrido en el condado de Genesee, uno de los 83 condados estadounidenses de Michigan.

Dentro del condado de Genesee hay un total de 33 municipios y 17 de estos son tipo township, es decir, municipios rurales o semiurbanos, con gobierno propio, con un menor nivel de autonomía respecto al de una ciudad, con servicios públicos más limitados y menos estrictos en requisitos legales.

Aunque Michigan reconoce dos tipos legales de townships, general, land township, que es la forma básica con poderes limitados, y charter township, con más autonomía y similar a una ciudad pequeña.

Un ejemplo de esta segunda es el municipio de Mount Morris Township, un charter township con mayor protección frente a anexiones de ciudades cercanas, con más servicios públicos y con una estructura más sólida de gobierno, con aproximadamente 21.000 habitantes en el año 2010.

Y a éste nos vamos en esta primera historia.

Mount Morris Township, en el año 2000, tenía alrededor de un 13% de habitantes.