

Description of T3 Perla: En la humildad está el PODER
"En la humildad está el poder…"
A veces pensamos que ser humilde es ser débil… pero es todo lo contrario. 💡
La verdadera fuerza no grita, no se impone… simplemente se siente. 🌿
En este episodio hablamos de cómo la humildad nos ayuda a crecer sin competir, a fluir sin forzar y a vivir más en paz.
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💬 ¿Tú qué opinas? ¿Sientes que la humildad te ha abierto caminos en la vida o te ha costado más en un mundo que valora lo opuesto? Te leo en los comentarios. ⬇️
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Buenas noches, soy Beatriz Pieper y esta noche te cuento que en la humildad está el poder.
La humildad no es debilidad, es fortaleza en su forma más pura.
Quien es humilde no necesita demostrar su poder, porque lo irradia de manera natural, con la simpleza de quien ya ha encontrado su centro.
A menudo confundimos el poder con la autoridad, con la fuerza, con el control.
Pero el verdadero poder nace de la humildad.
Ser humilde es reconocer nuestras propias limitaciones.
Aceptar que siempre hay algo nuevo que aprender y desde ahí trascender.
Porque la humildad es la forma más armoniosa de ir más allá de esas limitaciones.
No de todas, porque algunas no cambiarán en este mundo, pero de muchas otras, sí.
Cuando una persona es humilde no se aferra al ego, sino que lo toma de la mano y juntos caminan en armonía.
Porque el ego, lejos de desaparecer, se convierte en un guía.
Uno que tira de ti, que empuja, que desafía.
Y que a veces es poco compasivo contigo misma, o contigo mismo e incluso con los demás.
Pero ahí es donde la humildad equilibra.
Ahí es donde el alma suaviza.
Ahí es donde la conciencia despierta.
Y así la vida fluye.
Sin lucha, sin resistencia.
Porque el humilde no necesita pelear, no necesita batallar.
Simplemente pasa por encima o al lado de los muros insondables y tercos y sigues un camino.
Sin necesidad de explicación alguna.
Porque sabe que el poder no está en imponerse.
Sino en avanzar sin cargar con lo que no le corresponde.
Y puedes pensar que es como una especie de rendición.
Pero la rendición no es derrota.
Es confianza.
Cuando soltamos el orgullo y dejamos de querer controlarlo todo, descubrimos un poder aún mayor.
El poder de la aceptación.
El poder de la conexión con nuestra verdadera esencia.
Porque cuando nos abrimos a la energía y a las intenciones ajenas, nuestros deseos encuentran su lugar.
Sin esfuerzo, sin lucha.
Porque no imponemos los tiempos.
Porque muchas veces lo que anhelamos es apenas una sombra de lo que la vida realmente nos quiere dar.
Eso si aprendemos a soltar.
Un líder humilde no impone.
Inspira.
No busca dominar.
Busca servir.
Y en ese servicio se convierte en un faro.
En un referente.
Jesús, Buda y muchos otros grandes maestros nos mostraron que la humildad no es su misión.
Es un poder interno que transforma vidas a través del amor.
La compasión.
La sabiduría.
Y sobre todo, la paz.
Ciencia.
Esa paciencia que nos lleva a la verdadera paz.