T5. E5 Tesoros de leyenda en el Museo Arqueológico Nacional

Madrid punto cero, historias detrás de la historia, un podcast de Ana Lidón Sánchez.

Hola amigos, la colección de arqueología más importante de España está en Madrid y sólo cuesta tres euros disfrutarla. Está en el Museo Arqueológico Nacional junto a la Plaza de Colón, en el número 13 de la calle Serrano y ofrece un recorrido desde la prehistoria hasta la edad moderna. Al entrar al edificio, que os recuerdo que está situado a espaldas de la Biblioteca Nacional, podemos contemplar artículos de tanto valor histórico como la corona de Recesvinto, que es una de las piezas de oro y piedras preciosas del Tesoro Visigodo de Guarrazar.

Este tesoro de orfebrería lo descubrió la niña Escolástica Morales cuando paseaba con sus padres en 1858 por el pueblo toledano de Guadamur y desde entonces dio muchas vueltas. Algunas de sus piezas fueron vendidas a Francia y no volvieron a nuestro país hasta 1941. No regresaron solas, llegaron junto a una gran señora, la dama de Elche, que había corrido la misma suerte y llevaba en Francia más de 40 años. En 1897, al poco de encontrarla un campesino ilícitano que cavaba en una loma, fue vendida al país vecino por 4.000 francos, unas 5.000 pesetas de la época.

España intentó varias veces sin éxito recuperar ambos tesoros y no lo consiguió hasta que se acordó con Francia un intercambio a principios de la Segunda Guerra Mundial, en un momento de sintonía entre el gobierno colaboracionista nazi de Vichy y la dictadura franquista. Hoy hablaremos de estas y otras obras de arte en el episodio de madrid.cero, que es el podcast que cuenta historias de la historia.

El tesoro de Guarrazar lo forman coronas motivas de oro, cruces y piedras preciosas visigodas que datan del siglo VII. Estaban enterradas en una huerta y salieron a la luz después de unas lluvias torrenciales. Escolástica Morales vio un objeto brillante que le llamó la atención. Era una gran arqueta de un metro sesenta de profundidad y en su interior se encontraban las alhajas.

Tras la sorpresa inicial, su paradrastro vio la oportunidad de hacer negocio y vendió parte de las piezas a Francia. Una decisión que no cayó bien a los responsables españoles del patrimonio, que decidieron hacer excavaciones arqueológicas en la zona poco tiempo después. La primera, un año más tarde, en 1898, dirigida por el historiador José Amador de los Ríos.

Cumplía un encargo de la reina Isabel II, pero el impulso duró poco y los trabajos se paralizaron no muchos meses después. Más cerca de nuestros días, en 2013, la excavación de Juan Manuel Rojas descubrió que el tesoro pertenecía a la Basílica de Santa María de Sorgaces, un templo vinculado a los reyes visigodos. Era costumbre entonces donar coronas a las iglesias para que las colgaran en su interior como ofrendas en conmemoraciones especiales.

Antes de que llegaran los musulmanes a la zona, las piezas de orfebrería fueron escondidas para que no se hicieran con ellas y bajo la tierra se quedaron durante siglos. En una vitrina del Museo Arqueológico Nacional podemos contemplar varias cruces y coronas del tesoro de Guarrazar, entre las que figura la del rey Recesvinto.

También hay piezas en la Galería de Colecciones Reales que volvieron a España en el intercambio de obras de arte con Francia de 1941. No se recuperaron todas porque algunas obras de esta extraordinaria colección se encuentran en el Museo Cluny de París. El Centro de Interpretación del Tesoro de Guarrazar en el municipio de Guadamur, a unos 11 kilómetros de Toledo, ofrece réplicas de las valiosas piezas visigodas.