T513 - GAZBAG: El loko de la Velocidad - Historias Inéditas - Warhammer 40000

Terra escribiente relatos e historias de terra y de otros mundos el vacío del espacio se extendía como un mar silencioso interrumpido sólo por los destellos esporádicos de las naves orcas que se agrupaban como una horda indisciplinada a bordo del crucero clock la nave insignia de gasback el señor de la guerra de los voz de la velocidad todo era caos los motores rugían los mechs gritaban órdenes contradictorias y las luces parpadeaban como si la nave misma estuviera a punto de desmoronarse en cualquier momento gasback que estaba en el centro de todo una figura imponente musculosa y cubierto de cicatrices pero con una sonrisa que brillaba con la promesa de de destrucción para él cada momento era un paso más hacia la batalla y cada batalla era una oportunidad para demostrar que los orcos eran los amos indiscutibles del universo navegación está todo bien vos gruñó un mech mientras se afanaba por ajustar una palanca oxidada que chisporrotea peligrosamente pero no estamos seguros de dónde estábamos gasback con una mirada feroz apretó los puños los nudillos blanqueando bajo la presión a mí no me importa donde estábamos rugió su voz retumbando a través de la cabina de mando lo que importa es que vamos pa delante y vamos a krum pal lo que se cruce en nuestro camino los locos de la velocidad habían sido famosos por muchas cosas velocidad brutalidad y la disposición a lanzarse contra cualquier objetivo sin importar las probabilidades pero la precisión nunca había sido una de sus virtudes gasback no era conocido por su astucia estratégica ni por su habilidad para trazar rutas de navegación complejas pero si era famoso su absoluta determinación y esa misma determinación era lo que había llevado a la horda orca a las puertas de un grupo de mundos paraíso el dari estos planetas eran joyas ocultas entre las estrellas una serie de paraísos vibrantes de vida y vegetación protegido sólo por pequeñas guarniciones dispersas habían sido un refugio tranquilo para saldar y un lugar donde los pocos supervivientes de su raza podían descansar y recordar tiempos mejores pero como siempre la tranquilidad no duraba mucho cuando los orcos estaban cerca gasback había liderado a su warg sin dudar sin preocuparse por mapas o planes los orcos habían descendido sobre los mundos a el dari como una tormenta de chatarra arrasando todo a su paso las verdes llanuras se llenaron de polvo y humo y las selvas alguna vez exuberantes se convirtieron en campos de batalla donde las bestias salvajes huían ante el estruendo de los motores orcos y el disparo incesante de sus armas improvisadas los eldar y al principio subestimaron la amenaza habían visto muchas invasiones antes ya habían repelido a muchas razas salvajes y brutales que osaron poner pie en sus planetas pero los orcos eran diferentes eran implacables caóticos y lo más importante inagotables por cada banda de velocistas que caía bajo el fuego elegante y letal de los guardianes saldar y otra tomaba su lugar gritando en un frenesí ensordecedor mientras sus vehículos destartalados avanzaban a toda velocidad sin miedo a las defensas enemigas los vengadores implacables de biel tan llegaron como respuesta desplegándose desde sus naves como sombras silenciosas los saldar y maestros de la guerra y de la táctica formaron líneas defensivas con precisión mortal y su furia brillaba como el filo de una espada afilada se deslizaban entre las ruinas ardientes de sus propios jardines y ciudades y cada disparo de sus shuriken desgarraba a través de las hordas orcas como el viento por tanto la hierba alta pero los orcos no se acobardaron no se retiraron las escaramuzas se convirtieron en batallas y las batallas en una guerra total las llanuras antes verdes y llenas de vida se convirtieron en un paisaje de cráteres humo y ruinas donde cada palmo de tierra estaba manchado de sangre verde y azul los vehículos orkos cubiertos de placas de metal soldadas a la fuerza atravesaban las líneas defensivas como cuchillos llevando a sus tripulantes riendo y disparando a todo lo que se movía y gasback en su propio trasto lideraba cada carga su risa resonando a través del caos como una amada la locura los saldar y lucharon con una precisión casi elegante aprovechando cada ventaja que podrían encontrar pero estaban abrumados no por la habilidad táctica de los orcos sino por la pura ferocidad de su avance en una colina con vistas a uno de los