El tanquista Daél Ávila Rodríguez perdió una de sus piernas en Playa Girón

Sí, gracias, buenos días.

En la madrugada del 18 de abril de 1961, los férreos ataques de los tanques de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, con el apoyo de la Fuerza Antiaérea, se hacían sentir en las arenas de Irón.

El tanquista tunero, el Vicente Ávila Rodríguez, que perdió una de sus piernas en la epopeya, sostuvo que allí combatían los batallones de los milicianos de Cienfuegos, Matanza, Las Villas, el de los responsables de las milicias, una compañía de tanques de la columna 1 y 2 del ejército rebelde, una batería de buses y el batallón de la Policía Nacional Revolucionaria.

Dijo que la respuesta de los jóvenes milicianos fue feroz, el coraje y el valor primaron en cada soldado.

Los buques enemigos fueron repelidos y hundidos, algunos de ellos, por la metralla de los propios tanques, a bordo de los cuales también combatió el líder histórico de la Revolución Cubana, Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

Dael sostuvo que el impacto frontal a su blindado fue tremendo.

El humo, la candela y los gases convirtieron el interior del T-34 en un pequeño horno.

La máquina estaba herida de muerte.

Había que salir rápido de aquella mole de hierro.

Los tiros estaban a la orden.

Por un lado, nosotros le metíamos al mercenario con todo.

Por el otro, ellos que vinieron mejor armados, no se quedaban atrás.

Los aviones enemigos, a su paso, soltaban bombas y ametrallaban.

Cuando entramos en combate fuerte, se rompen las comunicaciones.

El segundo Teniente, Néstor López Cuba, que llegó a ser General, sale del tanque y empieza a delirar el tanque brincando de uno con el otro.

En ese momento, la caída era de 10.

Dael siente perdido una de sus piernas en el combate.

Cuando nosotros vamos en el camino, llevamos 5 razas cargadas de parques y vemos 5 aviones con encines cubanos que salen del mar.

Creemos que estos aviones son nuestros.

Cuando ellos nos dan un cruce, no nos tiran.

Pero en el segundo, ellos disparan.

Incluso recuerdo que un compañero se arrodilla en la carretera y aquel compañero, cuando estaba arrodillado, el avión pasa otra vez y los partió en dos frases.

Y entonces, el chofer del tanque, yo estoy herido, me sacan porque el tanque tiene, por donde uno arrolla el chofer, se le quita una tapa que es como medio metro, por ahí me sacó y entonces me lleva para la carretera donde ellos pasan rematando.

Llega un jepecito GAS 69, saca a los heridos con salvaciones.

Luis Fernández, que es de aquí de la zona, dice no, yo los saco.

Este tiene salvaciones y me montó en el jepecito y arriba me echó 5 compañeros más.

¿Qué significa estar amojado? Ese fue el plan del Comandante.

Estábamos lejos de la playa, pero él decía que los tanquistas tenían que besar el agua con las estrellas del mar.

Quería decir que había que llegar, había que triunfar de todas maneras y que los tanques tenían que llegar hasta el mar donde estaban los enemigos.

Volvería a ser tanquista.

Sería mi gran orgullo de morir cumpliendo con la causa.

El tanquista Tunero de Ávila Rodríguez grabó para la posteridad que en la madrugada de aquel martes 18 de abril, la contraofensiva de los soldados cubanos en Playa Larga, criada por Fidel con el empleo masivo de artillería adquirida recientemente en la Unión Soviética, no dio tregua a los invasores para propinarles la primera gran derrota al imperialismo yanqui en menos de 72 horas.

Ovalis, Madruga, Milanesi. ¿Quiénes hablan? Juan Manuel, Olivares Chávez, Haciendo Radio.