Tendido de Sol Hablemos de Toros de 31 de marzo de 2025

¡Suscríbete al canal! Buenas noches, buenos días, buenas tardes, todo depende del momento en que nos estén escuchando. Les habla Enrique Martín y esto es Tendido de Sol, hablemos de toros, el programa donde ya saben, huimos a toda velocidad de la perfección y a toda perfección de la velocidad y supuestamente todas las semanas hablamos de toros. Que los taurinos remueven Roma con Santiago para crear, aunque sea a la fuerza y de forma artificial, una paz que les haga pensar a ellos y sobre todo a los demás que esto es un vergel de paz y felicidad.

Y cuando hay algo que pueda hacerles pensar que se remueven los cimientos de ese bienestar forzado y sólo para ellos, pues o se te lanzan al cuello y no sueltan la presa ni aunque la sangre de la presa les ahogue o se ponen a esgrimir argumentos tan vacíos como manoseados porque eso es algo que tienen los taurinos que de originalidad nada y de pensar por sí mismos menos que nada. Que son capaces de pretender cambiar lo negro por el blanco sin tan siquiera hacer un amago de gesto de vergüenza.

Estos no se avergüenzan, aunque igual es que eso de la vergüenza pues para ellos pues es un tabú.

La semana pasada vivimos en la Plaza de Madrid un espectáculo bochornoso, uno de esos que quedan en la memoria y que quizá se recuerde en próximos escándalos si éste fue tan o menos que éste con Rafael de Julia. No voy a entrar a comentar lo que lo que fue, pero sí en lo que algunos han dicho después. Que si es un torerazo, lo cual bueno, en fin, ya sabemos es un señor ya con años que se vistió de luces y ahora pretendía volver a hacerlo. Que sí, que una mala tarde la tiene cualquiera, pero una cosa es no querer ver un toro, eso le ha pasado a muchos, y otra el no poder ni aspirar a quererlo ver.

Que quizá, pero bueno, que si no estaba en lo personal en las mejores condiciones, que sí, pues es muy sencillo, cuando no se está, uno no viene y punto. Que es la excusa de siempre, de si uno va a torear con los puntos, que si habrá peligro de que se le abriera las heridas, que sí, mil excusas a las que sólo hay una respuesta. Si no está en las condiciones apropiadas, mejor esperar otra oportunidad, que es una forma esta delicada y educada de decir, que si no está, pues que no venga.

Que lo mismo, igual hay que sacarlo, además del cartelón este con los datos del toro, un rebuñito, 512 kilos de tal, pues habría que sacar otro del toro en que pusiera, viene alicaído porque ha discutido con la novia, ha pasado una mala noche porque el niño no paraba de llorar, está triste porque han eliminado al atleti de la champions, bueno esto yo también, está preocupado porque tiene que cambiar la caldera de la casa, que igual les parece mucho frivolizar, que lo es, pero es que, ya digo, es siempre la misma excusa, siempre, siempre hay excusas y siempre la sensación es esa de, no sé, de que te engañan o te pretenden engañar a ver si cuelas, pero claro, entonces, ¿cuál es la salida de manso que tienen? Pues tirar derrotes de eso, de manso, contra el que paga, al que culpabilizan, de todos los males, de todo lo que pueda perturbar esa paz prefabricada, que a ellos les hace sentirse tan a gusto, que hasta el mismísimo señor Avellán, ex del tinclado de Madrid, que nos sale que si no sabemos o si dejamos de saber, que el día que nos enteremos, igual, si es que no nos tenemos que enterar de nada, sólo podemos y debemos ajustarnos a los que se ven el ruedo, la vida peor.