La Tercera Hora 08x35

Damas y caballeros, amigos y amigas, esto es la tercera hora de Días Extraños. Bienvenidos.

Dicen que una vez, colosos tan altos como montañas vagaban por la tierra. Y hoy, de aquellos titanes solo quedan huesos y ámbar. El tiempo, ese gran devorador universal, acaba incluso con los más grandes, con los más poderosos. Y si no me creéis, basta con mirarnos a nosotros mismos. También somos criaturas efímeras, atrapadas entre el polvo y el olvido.

Esta imagen impactante no se me ocurrió a mí, sino a los guionistas de la serie Westworld, donde hay una frase impresionante. Dice, un día perecerás, tus sueños quedarán olvidados, tus huesos se harán arena, y sobre esa arena caminará un nuevo dios, uno que nunca morirá. Una frase que te deja pensando, porque en el fondo sintetiza con elegancia brutal una verdad muy incómoda.

Nuestra época, nuestra especie, nuestra civilización, todo está de paso. ¿Y si en realidad estamos construyendo ahora mismo a quienes nos reemplazarán? La evolución biológica nos ha traído hasta aquí, sí, somos el resultado de cuatro mil millones de años de experimentos, de mutaciones, de azares, de adaptaciones, pero ¿y si hemos llegado al final del camino? Cada vez más voces sostienen que estamos a punto de dar el salto. Dejar atrás la evolución biológica, lenta, ciega, para abrazar la evolución tecnológica, mucho más rápida, mucho más precisa y, por qué no decirlo, mucho más implacable.

Pensadlo, nuestros cuerpos son prodigios de la naturaleza, pero prodigios limitados, necesitamos oxígeno, comida, agua limpia, condiciones muy concretas para sobrevivir y, fuera de ese pequeño rango, somos frágiles como el cristal y, sin embargo, hoy tenemos máquinas que exploran el fondo del océano, que viajan más allá del sistema solar, robots que no se enferman, ni envejecen, ni temen a la radiación, máquinas que pueden repararse, reinventarse y que pueden engañar a nuestro gran enemigo, la muerte. Comenzamos.

La noticia de la muerte del Papa Francisco ha sacudido a la cristiandad y, como no teníamos que recogerla en días extraños de alguna manera, y posiblemente de todo el pontificado del Papa, lo más relevante para la temática de nuestro podcast hayan sido las continuas campañas de desinformación contra el Papa Francisco. Sí, porque en pleno siglo XXI ni siquiera el líder de la Iglesia Católica se libra del asedio digital, de la fábrica inagotable, de bulos, de las teorías conspirativas y de las narrativas diseñadas para manipular a la opinión pública.

Desde su llegada al papado en 2013, Francisco, ese jesuita argentino de sonrisa fácil, de verbo directo, se convirtió en un blanco apetitoso para todo tipo de ataques. ¿Por qué él? Bueno, pues porque representaba una figura global mediática, incómoda para algunos, esperanzadora para otros, porque en la era de las redes, de la inteligencia artificial, cualquier gesto, cualquier palabra, cualquier enfermedad, cualquier silencio,