La Tercera Hora 08x43

Damas y caballeros, amigos y amigas, esto es la tercera hora de Días Extraños. Bienvenidos.

Hemos convertido algo muy peligroso en una droga de consumo masivo y ese algo tan peligroso es la idealización. Pensadlo un momento, cada vez que abrís instagram estáis literalmente inyectando una dosis de vidas ajenas editadas, filtradas, recortadas hasta la perfección. Es como si viviéramos en una realidad paralela donde todos los demás han encontrado la fórmula secreta de la felicidad perpetua, mientras nosotros seguimos aquí con nuestras neurosis de lunes por la mañana.

Lo fascinante es que desde el punto de vista neurológico, cuando idealizamos, nuestro cerebro entra en el modo sesgo de confirmación extremo. Es como ponerse unas gafas que solo dejan pasar luz verde y filtran todo lo rojo. Nos convertimos en literalmente daltónicos emocionales. Pero la idealización lleva irremisiblemente a un sitio que no queremos ir, que es a la decepción. Esto pasa mucho con las parejas. Al cerebro se le cae la venda y reacciona como si hubiera sido traicionado. Y es mentira, esa persona no ha hecho nada. Es que tú la has puesto en un pedestal que no le correspondía a nadie, a nada le corresponde ese pedestal.

Pero nosotros subimos a la gente, a las cosas, a las instituciones y ahora hemos industrializado ese proceso. Las redes sociales han transformado la idealización de algo que sucede de vez en cuando en nuestra vida privada en una máquina de producir frustración constante. Y lo peor es que sabemos que es mentira.

Todos sabemos que detrás de esa foto perfecta en la playa hay una discusión de pareja por quien paga la cuenta del hotel. O que detrás de ese cuerpo perfecto hay una dieta que haría llorar a un monje tibetano. Hemos creado, sin darnos cuenta, la distopía más elegante de la historia, una donde, a la vez, somos víctimas y verdugos de nuestra propia infelicidad. Comenzamos.

Hay que reconocer que Egipto tiene algo especial. Pocas veces me he encontrado tanta polémica, tanta gente a favor, en contra, con opiniones muy encendidas en el buzón de Whatsapp como cuando el pasado mes de marzo se anunció aquello de la ciudad subterránea bajo una pirámide de Giza.

Si os lo perdisteis, permitidme que os refresque la memoria rápidamente. Un equipo de investigadores italianos aseguró haber encontrado estructuras cilíndricas gigantescas bajo la pirámide de Kefrén utilizando tecnología de radar satelital. Ocho torres verticales de 10 metros de diámetro hundiéndose en las profundidades como dedos pétreos de una civilización perdida.

Y eso, las redes sociales ardieron, el Whatsapp de días extraños también, los arqueólogos saltaron como resortes y el mundo se dividió entre creyentes y escépticos.

Pues bien, resulta que lo de marzo era solo el apetitivo, porque ahora el mismo equipo liderado por Corrado Malanga, Filippo Biondi y Armando May ha vuelto a la carga con una noticia que hace que la anterior parezca una nota a pie de pie.