Testimonio de Carmen, la misionera que fue parte del velatorio del Francisco

Vamos a preguntarle porque por estos días ahí, ¿no? Está por el lugar. Carmen, ¿cómo estás? Te saludan Silvia y Marcelo. ¿Cómo andás? Hola, Carmen, ¿nos escuchás? A ver.

No te estamos escuchando vos seguramente a nosotros, pero activa tu micrófono, ponele ahí la activación y ahí estamos. Estamos viendo que está desactivado por eso.

Pero estamos viendo que habla.

Sí, sí, estamos ahí viendo que ahí nos escuchás, a ver, bueno, vamos a intentar comunicarnos.

Dejale ahí en o sacate los auriculares por ahí podemos podemos ver si si conectamos.

Bueno, estar en ese lugar justo ese día, justo en estos días, ¿no? Sí, en el momento, estos días hablábamos con Cáceres, el apellido de otro misionero que estaba en el lugar, de Oriundo del Dorado, que vive en Buenos Aires, y también nos decía lo que se vio acá es increíble, o sea, seas creyente o no, seas religioso o no, seas agnóstico o igual, lo que vivís ahí es increíble porque es el momento de despedida del Papa Francisco, lo que vivieron esas personas que escucharon las campanadas y empezaron a filmar sin saber lo que había pasado, sino que era el anuncio de la muerte del Papa, imagínate ese momento.

En las entrevistas se pudo escuchar, en las entrevistas a través de los medios de comunicación, muchos argentinos que estaban de vacaciones, que estaban cerca y pasaron por Roma.

A ver, Roma es un lugar aparte de, obviamente, turístico, hay un recorrido, un circuito que tiene que ver con las basílicas allí en el lugar. Ahí la tenemos, Carmen nos escuchás? Sí.

Ah, perfecto, ahora sí te escuchamos, te escuchamos bien. Contanos, Carmen, cómo se vivió estos momentos, cómo lo viviste vos estos días que estuviste, no sé si estás por allá todavía.

No, no, yo estoy más en Roma. Yo llegué a Roma el domingo al mediodía, o sea, no estaba programado vivir todo lo que viví, sino que simplemente andaba de paseo, digamos, y bueno, en realidad nosotros teníamos una entrevista, una visita guiada al Vaticano, el miércoles a las 10 de la mañana. Bueno, y el lunes nos enteramos que había fallecido el Papa, y bueno, y el miércoles nos fuimos para esa hora a la visita, supuestamente, y bueno, y de ahí nos encaminaron, digamos, a la fila donde se estaba organizando a las personas para entrar.

O sea, nosotros llegamos tipo nueve y media de la mañana y era un mundo de gente, la plaza estaba llena, y bueno, y nos quedamos como en una de las puertas, decían que a las 11 de la mañana se iba a abrir para el público, y bueno, y ahí fue uno de los primeros, como el primer grupo, digamos, de personas en entrar, porque creo que eran 11 y media, 12 menos cuarto, estábamos adentro del Vaticano. Era un mundo de gente, gente en sillas de rueda, no sé, con bastones, chicos, madres con bebés, muchísima gente, muchísima gente.

Carmen, viviste un hecho histórico, casi sin pensarlo, sin haberlo programado. Contame con quién compartiste este viaje. Sí, fue algo inesperado. No, en realidad, mi viaje estuvo dirigido a Dinamarca, yo tengo a mi hijo que vive en Dinamarca, y yo vine a Dinamarca a visitarlo, el pasaje me lo regalaron mis hijos el año pasado para mi cumpleaños, y bueno, yo me vine a Dinamarca, y bueno, y mi hijo dijo, bueno, vamos a Roma, y bueno, ahora estoy en Barcelona, en la casa de mi hermano, así que, bueno, o sea, no fue en enero, no sé cuándo, él me dijo que había sacado el pasaje este para venir a Roma, y bueno, quería llegar, no sé, estuvo viendo para participar en una misa del Papa, qué sé yo. Nosotros llegamos el domingo.