TikTok y la seguridad nacional

Soy Fernando Díaz Villanueva, hoy es 30 de septiembre de 2025, y esto es la Contracrónica.

El pasado jueves Donald Trump firmó una orden ejecutiva que permite a TikTok seguir operando en Estados Unidos tras un acuerdo con un grupo inversor capitaneado por Oracle, que controlará el 80% de las operaciones que tiene la aplicación en ese país. El acuerdo pone fin a una larga batalla iniciada en 2020, cuando Trump, en su primer mandato, señaló a TikTok como una amenaza por supuestamente recopilar datos de usuarios y entregárselos al Partido Comunista Chino. En aquel momento trató de forzar la venta de TikTok a empresas como Microsoft, Oracle y Walmart, pero fue bloqueada por un tribunal federal por violar la primera enmienda.

Durante el gobierno de Biden, las restricciones continuaron. En abril de 2024, el Congreso aprobó una ley que exigía la venta de TikTok, o su prohibición total, por riesgos de espionaje chino, medida ratificada luego por el Tribunal Supremo. TikTok decidió suspender voluntariamente sus servicios en Estados Unidos el pasado 18 de enero, una decisión que afectó a 170 millones de usuarios. Pero Trump, seguramente influido por su popularidad en esta plataforma, más de 15 millones de seguidores, y su utilidad para captar el voto joven en 2024, fue extendiendo los plazos para negociar una venta que ha culminado en este acuerdo.

Pero a pesar de todo, las preocupaciones sobre la seguridad nacional persisten. El algoritmo de TikTok, clave para influir en los usuarios, seguirá en manos de ByteDance, la empresa matriz china. Aunque una copia será licenciada al grupo inversor estadounidense para reentrenarla con datos locales, no está claro de cómo gestionarán las actualizaciones del algoritmo, lo que podría permitir a China mantener la última palabra sobre la aplicación.

El acuerdo también genera dudas sobre su transparencia. Trump seleccionó personalmente a los inversores, lo que supone un caso claro de capitalismo de amigotes. Además, la junta directiva, designada personalmente por Trump, podría moderar contenido de manera partidista, favoreciendo opiniones alineadas con el presidente. El gobierno espera recaudar miles de millones en comisiones por la transacción, lo que Trump ha destacado como un gran logro económico. Este movimiento plantea preguntas sobre la postura de Trump en la guerra tecnológica contra China, una guerra que él mismo inició en 2018.

Durante los años de Biden, se endurecieron los controles de exportación para limitar el acceso chino a tecnologías avanzadas como semiconductores y modelos de inteligencia artificial, pero Trump parece priorizar los beneficios económicos sobre la seguridad nacional. Hace dos meses, tal y como vimos en la contracrónica, derogó una ley de difusión de la inteligencia artificial de Biden y permitió la venta de chips H20 de NVIDIA a China, a cambio de un porcentaje de los ingresos.

En la gira por Oriente Medio, en mayo de este año, para negociar acuerdos de inteligencia artificial con países como Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos, Trump regresó a Washington con unos cuantos acuerdos bajo el brazo que, aunque lucrativos, especialmente para la familia Trump, podrían comprometer la seguridad nacional.

En esto, la política de Trump parece guiada por el personalismo y el beneficio a corto plazo, lo que provoca cierta incertidumbre sobre el futuro de la guerra tecnológica con China. Su interés en reunirse con Xi Jinping, dentro de unos meses, ya en 2026, podría llevar a nuevas concesiones, que eso sí, dependerán de las transacciones que consiga negociar.

El jueves pasado, Donald Trump firmó una orden ejecutiva que, según él, permitirá a TikTok seguir operando en el país, cumpliendo con una serie de normas de seguridad nacional. Tras una conversación telefónica con el presidente chino, con Xi Jinping, que sostuvieron hace unos días, Trump anunció que había llegado a un acuerdo para que un grupo inversor estadounidense, con la empresa Oracle a su cabeza, tomara el control del 80% de las operaciones de TikTok en Estados Unidos.

Hasta aquí, como vemos, todo bien, esto pone fin a la batalla de Estados Unidos, a la guerra, mejor dicho, de Estados Unidos o del gobierno de Estados Unidos contra TikTok, una guerra que comenzó en el primer mandato de Donald Trump y que continuó luego posteriormente con el de Biden. Es un tema que he tratado en la contracrónica desde que empezó hace ya seis años, porque empezó en agosto del año 2020. Resumiendolo mucho y, como ha pasado ya bastante tiempo, esta historia de TikTok la verdad es que es