Timothy Snyder - Sobre la libertad. Versión en español

Muy bien, pues buenas tardes a todos por acompañarnos esta tarde y muchas gracias también por participar
en esta conversación. La verdad es que a mí me resulta muy importante que sea efectivamente
una conversación. Confío en que haya preguntas y lo digo no a título formal. Hay una cosa
en la que creo firmemente cuando pensamos en la libertad y es que ninguna persona tiene
toda la razón cuando habla acerca de la libertad. Podemos hablar pero no llegaremos a una conclusión
lógica única, ¿verdad? Es más, algo que yo creo que falla acerca de las conversaciones
que sí que mantenemos acerca de la libertad hoy día es que tienden a ser participadas
en personas que están convencidas de que tienen toda la razón, que están absolutamente
seguras de que es su libertad la que importa. Están seguras al cien por cien de que lo
que ellos quieren son exactamente las cosas que se merecen conseguir. Lo que voy a recalcar
en esta ponencia es que esto no es exactamente lo que quiere decir la libertad. Si quiere
decir algo la libertad, lo que tiene es que ver con las buenas cosas de la vida. Tiene
que ver con aquello que valoramos es la capacidad efectivamente o el estado en el que nos encontramos
para poder creer en las cosas buenas, combinar las cosas buenas, conseguir que las cosas
buenas afloren. Si viviéramos en una sociedad de personas libres, no estaríamos peleándonos,
no estaríamos insistiendo en que nosotros tenemos razón, no estaríamos enfadados todo
el rato. Esto es lo que yo planteo y voy a empezar planteando efectivamente las cosas
desde el punto en el que nos encontramos ahora mismo en Estados Unidos. Radical verdad ahora
mismo en este momento un grupo pequeño de personas que están muy enfadadas y que están
seguras de que tienen razón y que actúan de manera impulsiva y que resulta que son
muy ricos. Están ahora mismo destruyendo mi gobierno, pero desde dentro además y cuando
digo destruyen mi gobierno, no estoy hablando de manera artificial, no es una metáfora,
es una realidad. Hemos llegado a un momento tal en el que el gobierno más grande del
mundo está siendo desmontado a propósito y sin ninguna vergüenza por un grupo de
personas tremendamente, tremendamente acaudaladas. Y lo que quiero decir aquí es que aparte
de que es sorprendente y debería de sorprendernos, es que no sorprende. Si seguimos la lógica
de la libertad negativa, que es como se suelen comentar la libertad y esto sobre todo en
la parte del mundo que es angloparlante, si nos ceñimos a la lógica de la libertad negativa,
no nos va a sorprender ver que aquí es donde acabamos o o para decir las cosas de forma
más esperanzadora. Si entendiéramos correctamente el sentido de la libertad, si fuera el sentido
positivo, que es el que yo prefiero, quizás acabaríamos con una forma muy superior de
política en última instancia. Así que vamos a aprovechar para comentar lo que está pasando
en Estados Unidos, porque no sé hasta qué punto en la prensa española se ha seguido
muy de cerca. Está pasando muy deprisa, muy deprisa. Lo que está pasando en Estados Unidos
ahora mismo es que un grupo de hombres jóvenes que trabajan para el oligarca Elon Musk, que
es archimultitrillonario, que no ocupa ningún cargo oficial en Estados Unidos, que no ha
sido elegido un grupo pequeño reducido de hombres jóvenes, han penetrado los despachos
más importantes del gobierno federal de Estados Unidos de América, han asumido el control
de importantes sistemas digitales que inciden sobre el funcionamiento de mi gobierno, incluido
el sistema de pagos de forma tal que ellos, este pequeño grupo de personas que no han
sido elegidas democráticamente, que no son empleados del gobierno, un grupo pequeño
pueden interrumpir pagos. Esto puede parecer muy técnico, pero no lo es. Si el Parlamento
aprueba una ley, pero alguien que tiene 19 años puede impedir que se hagan los pagos,