Todo lo que poseemos es en calidad de préstamo

Todo lo que poseemos es en calidad de préstamo.

El Salmo 24, 1 y 2, es mi texto base, y este reza así.

De Jehová es la tierra y su plenitud el mundo y los que en él habitan.

¿Cuántos lo creen? La traducción lenguaje actualizado lo amplifica así.

Dios es dueño de toda la tierra y de todo lo que hay en ella.

También es dueño del mundo y de todos sus habitantes.

Así que si usted dirige su mirada al oriente, todo lo que esté en esa zona o sector le pertenece a Dios.

Vamos a la otra parte, igual, y hacia donde su mirada y la mía se dirija, todo le pertenece a Él.

Y esto debemos de reconocerlo cada uno de nosotros con un reconocimiento no común, sino con esa particularidad, con esa conciencia que hemos desarrollado ya en el tiempo sobre quién es Dios.

Y este canto último que cantamos fue hermoso, estábamos ya diciendo, mereces, mereces la gloria, mereces gloria, mereces honor, mereces alabanza, todo es de Él y todo y todo es por Él.

Después de estas palabras, quiero nuevamente llamar su atención al libro de Daniel, capítulo 10, voy a leer el versículo 3, el versículo 5, el versículo 10.

Y dice así, versículo 3, Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, silicio y ceniza, y oré a Jehová mi Dios, e hice confesión, diciendo, Jehová Señor, Dios grande, digno de ser temido, que guardas el pacto y la misericordia con los que te aman y guardan sus mandamientos, tus mandamientos.

Verso 10, Y no obedecimos a la voz de Jehová nuestro Dios, para andar en sus leyes que Él puso delante de nosotros por medio de sus siervos los profetas.

Esta escritura la hemos comentado y solamente un pequeño repaso.

Aquí comenzó un desafío, lo encabeza el profeta, tuvo él una claridad y una conciencia de Dios y de la condición de su pueblo, y pudo notar la distancia que el pueblo había creado hacia Dios, un pueblo que había sido formado para la alabanza y gloria de su nombre, un pueblo con calificativos extremos, gente santa, tesoro mío, bueno, cuántas cosas el Señor dijo sobre ellos.

Y en un momento Moisés orando, intercediendo por una condición del momento, la oración de Daniel tenía que ver para el momento y con el tiempo, oración que se extiende hasta este tiempo, porque lo que a él ha estremecido su vida es esa visión de las 70 semanas que se conocen teológicamente como las 70 semanas de Daniel.

Y estamos o se está mejor, se está a un paso de entrar a la semana 70, estamos en la semana 70.