
Description of Traducción pasiva, canciones y deseo entre lenguas
Luego de los dos primeros episodio de haber revisado cuestiones fundamentales sobre la traducción musical, así como de haber explorado algunas ideas iniciales sobre género y música popular, en este tercer episodio incluimos la sexualidad como eje de análisis. Para ello nos dedicaremos al análisis de las canciones “Boy Is a Bottom” y “Es una pasiva”.
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Cada vez que empieza una nueva temporada de Drag Race, en particular de RuPaul's Drag Race, lo que se nos viene a la cabeza no es solo que va a haber nuevos looks, nuevo drama, nuevos lip syncs, sino que va a haber nueva música de RuPaul.
Porque desde aquella canción de inicios de los 90, Supermodel, You Better Work, lo que entendió Mamá Ru es que el drag no solo se mira, también se escucha.
Después de todo, no hay que olvidar que esa canción la hizo alguien en el Billboard.
La fórmula está clarísima, temporada nueva, música nueva.
Una forma de extender la marca, de convertir el runway en videoclip y de asegurar que las pasarelas no están llenas solo de atuendos, sino que también sirven para el streaming de música.
Y bajo ese mismo modelo, a decir verdad, muchísimas reinas de todas las franquicias de Drag Race han lanzado sus propias carreras musicales, con sencillos, EPs, LPs, videos musicales. Algunas han exagerado el uso de autotune, otras lo han hecho con un tipo de afinación más emocional, pero lo que no se puede negar es que a ninguna le ha faltado ambición.
Porque el drag trujamantes hace rato que no es solo arte performático o de escenario, es una industria, una fábrica de contenido que se mueve al ritmo del algoritmo, de producir merchandising, de producir virales y ahora también de producir contenidos que tengan beat, beat musical. Entre todas estas reinas emprendedoras, hay una que para mí destacó, desde el inicio, desde su escandalosa salida de la cuarta temporada de Drag Race.
Se trata de William Bailey, que renació y aprovechó ese renacimiento para usar letras explícitas, una estética dudosa y su lengua que corta como navaja para hacerse a alguien en esa escena musical drag. Hoy en Trujamancia nos metemos de lleno en Boyz a Bottom, la parodia que se volvió himno y también revisaremos su versión en español, es una pasiva.
Vamos a escuchar, vamos a comparar y por supuesto nos vamos a reír un poco. Estas dos canciones hablan de lo mismo, o casi de lo mismo, el bottom, la pasiva, el que goza por detrás, pero lo hacen desde códigos distintos y ahí está lo fascinante, en cómo el deseo se traduce, en cómo se tropicaliza y se canta con distintos acentos.
Eso es lo que vamos a explorar en este episodio, porque traducir también es tocar lenguas, cuerpos y sentidos y cuando lo que se traduce es una identidad marica, el ejercicio se vuelve urgente, incómodo y sí, también profundamente gozoso. Traducir canciones no es sólo pasar letras de una lengua a otra, es enfrentarse a todo un campo minado de melodías, emociones, estructuras de poder y claro, metáforas con doble sentido. Es un terreno fértil para la investigación, pero también un pequeño infierno para quien intenta hacerlo con rigor, ritmo y rima.
En los estudios de traducción, en la traductología, el tema ha ido ganando espacio con fuerza. Ya no se habla sólo de si una canción suena bien en otra lengua, ahora se piensa también en cómo el mercado, la ideología, el género, el género en todas sus acepciones y hasta la política sexual se cuelan entre verso y verso.
Y por si fuera poco, este mundo de la traducción musical se abre hacia otros terrenos, el teatro musical, la traducción audiovisual e incluso la interpretación en lengua de señas, porque sí, traducir también puede ser bailar. El caso del que hablaremos hoy merece un altar de terciopelo y luces de neón.
Boy is a bottom, una canción parodia lanzada en 2013 por el trío de drag queens Will & Belly, Detox y Vicky Vox. Pero ojo, esta canción no es una burla de Gear on Fire de Alicia Keys, es una relectura marica en toda regla. Como diría Linda Hutchon, es una parodia transformadora y vaya que transforma, lo que era un canto a la independencia femenina, se convierte en una oda a la pasividad anal masculina, gloria pura. Dos años después, Willam lanza la versión en español, es una pasiva. Y esta no es una traducción directa, ni tampoco una traducción literal, es una reinvención con sabor latino, donde entran los tacos sin queso, una dosis muy generosa de mujereo y también la pinga gordita.
Yo no voy a decir que analizar Boy is a bottom es algo súper complejo, pero tampoco estaría menor. La canción tiene unas 1400 palabras y cada una de esas palabras cuenta, cada línea suma. Así que era necesario un análisis minucioso, verso por verso y en dos fases. Primero, para codificar los conceptos principales, por ejemplo, penetración, ventaja,
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