Tu pasado no tiene por qué doler más | Sanación Espiritual con Gregorio García

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Tu pasado no tiene por qué doler más.

Esta es la reflexión que compartimos hoy en este espacio en Mindalia.

Gracias a todos, familia, por acompañarnos un nuevo día.

Hemos invitado a este espacio a Gregorio García para esclarecer una sanación profunda desde el autoconocimiento.

Le recibimos ya. Hola, Gregorio, ¿cómo estás? Hola, buen día. Gratitud absoluta por esta invitación y por formar parte de este vídeo en Mindalia Televisión.

Gratitud absoluta.

Gracias, Gregorio. La gratitud también es nuestra y es recíproca por nuestra parte de poder tenerte y que hayas elegido las pantallas de Mindalia para dar voz a tu mensaje.

Hoy tenemos muchos puntos que tocar en un corto periodo de tiempo, pero vamos a tratar de sistematizar todo lo que podamos para poder esclarecer muchos puntos que nos bloquean a nivel espiritual, a nivel consciencia también y a nivel de persona, de nuestro propio autoconocimiento, saber en qué punto nos encontramos.

Vamos a comenzar hablando de las heridas de la infancia que tanto nos marcan en la vida adulta y que muchas veces nos está costando a lo mejor identificar de dónde viene esa herida, qué me está pasando, por qué no me entiendo.

Vamos a empezar por ahí.

Muy bien.

Evidentemente, lo que es el constructo con el cual el ser humano se identifica en el día a día está asociado por un conglomerado de historias, crecimientos, por un conglomerado de sentimientos, de heridas, de cómo esa persona ha vivido su entorno, sobre todo en la infancia.

Vamos a empezar por este primer peldaño donde se configura ese niño interior que luego en la edad adulta sigue manejando la vida de la persona.

Entonces, ¿qué pasa? En función a todas esas historias, vivencias, pensamientos, todo eso que acompaña a la persona durante tantos años, llega un punto en su vida que empieza a manifestarse, que empieza a salir a la luz.

¿Para qué? Para que se le dé un sentido distinto y diferente, pero sobre todo para ir un paso más allá.

Si partimos de la premisa, y evidentemente aquí simplemente comparto mi experiencia, no es una verdad absoluta, pero sí invito a las personas a que puedan cuestionar, porque si cuestionan lo que aquí se expone es estar cuestionando a sí mismos, y eso es lo principal.

Dice Nisargadatta Maharaj, que la confusión más grande que hay en el ser humano es una confusión de identidad.

¿Quién soy? ¿Cómo te voy a compartir? Es la premisa y el gran desconocido de cada persona.

Entonces, ¿qué pasa? ¿Para qué se muestra esa herida de la infancia en la edad adulta? La espiritualidad y la vida es lo mismo.

La espiritualidad, conocerse y la vida es lo mismo.

El principal cometido, el más importante que nos muestra cada instante, es un paso a conocernos.

¿Por qué? Porque si la persona no se conoce, está viviendo una vida totalmente condicionada y una vida que no le pertenece.

Entonces, esa herida se muestra para que la persona pueda tomar conciencia de qué está representando su identidad en ese momento justo.

Y yo te pongo un ejemplo muy claro.

Imagínate que una madre le dice a su hija, todos los hombres son unos sinvergüenza, por ejemplo, porque su padre la dejó.

Y eso, un día, un día, un mes, un mes, la niña construye una imagen de lo que son los hombres para vivir, para relacionarse.

¿Y qué pasa? Que en su edad adulta va a tener problemas de pareja o no va a tener pareja porque en su cabeza los hombres son X.

¿Para qué se muestra esa resonancia en la vida de la persona adulta? Para que comprenda, para que resuelva, para que dé sentido hasta qué punto de verdad y de realidad.

Ese es el concepto que tiene de ese pensamiento y ese pensamiento que refleja una identidad para esa persona.