Tuve una experiencia cercana a la muerte compartida con mi padre

Si una experiencia cercana a la muerte es un testimonio extraordinario, imagínense lo que es una experiencia cercana a la muerte compartida. ¿Qué es eso de una experiencia cercana a la muerte compartida, mis queridos antenautas? Pues es, básicamente, la misma experiencia que está teniendo la persona que está teniendo un trance, el moribundo, el que está en paro cardíaco. Y sí, ese relato que hemos oído tantas veces de encuentro con seres de luz, entrar en otra dimensión, la viven también médicos, enfermeros, familiares que están en ese momento junto al paciente. De la misma manera, son como succionados a esa dimensión, a ese lugar.

También ocurre en las visiones, en el hecho de muerte, pero es mucho más excepcional y extraordinario cuando hablamos de experiencias cercanas a la muerte. Y hace muchos años, porque estos testimonios no son fáciles de recoger, pero alguno hay. Yo conocí a este hombre que está aquí acompañándome ahora mismo, que es Daniel Bernal, que tuvo una de estas experiencias con su padre. Daniel, bienvenido al programa. Hola, Amado, buenos días. Hola a todos los que nos ven acá en Colombia y el resto del mundo. Saludos a los hermanos europeos, asiáticos, africanos. Qué rico la invitación y, sobre todo, que ha dado trascendencia esta historia que comenzó de la manera menos pensada, de verdad.

Cierto, y ya son años de amistad que tenemos, que hemos seguido en contacto desde aquella vez que hablamos, que tú me contaste esto, que ni siquiera me lo contaste. O sea, aquí llega Colombia sobrenatural, llegan otras cosas y hablando de otros temas tú me cuentas esto. Y yo te digo, pero vamos a ver, es como que tiro todo lo que hay sobre la mesa y digo, no, esto es lo que... Estábamos hablando de otras cosas, de hecho, ¿no? ¿Cómo fue esto? ¿Qué le pasó a tu padre? ¿Cómo fue que tú te viste arrastrado a esa experiencia de tener una experiencia compartida con tu padre? Pues mi papá comienza a padecer de algo estomacal. ¿Qué sucede? Yo contacto a Amado y dejo eso ahí.

Y yo, bueno, está bien, ella me comenta que está escribiendo su libro y demás, y a mi papá le detectan un cáncer de estómago. A esto ya habían pasado seis, siete meses de la muerte de mi mamá y pues, Dios mío, ellos duraron cincuenta años de casados, mi papá también enfermo y yo no, acá puede ser lo peor. Uno siempre piensa, digamos, lo negativo, pero también está la parte positiva, entonces uno comienza a contrariarse. Mi papá enferma gravemente, lo hospitalizan, lo operan y le dan de alta. Y le dan de alta como a los ocho días de haberlo operado el estómago.

En mi papá le quitaron la mitad del estómago cancerígeno que tenía, le sacan el tumor y quedó bien. Lo que nos dicen los doctores es que él ya no iba a comer regularmente, sino iba a comer a lo largo del día porciones pequeñas. Eso nunca pasó, mi papá cumple conmigo muy bien. Después de eso, después de eso. ¿Pero qué pasó? Mi papá sale a los ocho días de esa operación y llega a la casa mal, mal, mal. Y recuerdo que fue un domingo que mi hermano vuelve y se lo lleva a la clínica Reina Sofía, lo vuelven a internar y pues nada, le comienzan a hacer todo el proceso, lavados y demás.

Yo me voy. Esto ocurre un jueves. No, mentira, mentira. Esto ocurre un viernes, o sea, se terminaliza, perdón, se finaliza la noche del viernes, inicia la madrugada el sábado. Yo salgo de trabajar el sábado para poder ir a visitar a mi papá a la Reina Sofía. Yo trabajaba en la 98, mi papá estaba en la 127. Para aquellos que conocen la ciudad saben qué es, entre comillas, cerca, acá en Bogotá. Me desplazo, las visitas comienzan a las ocho de la mañana. Para esa época le pagábamos a mi papá una enfermera en la clínica que lo cuidara.

Yo llego y acá es donde comienza todo, madre. Trataré de recordar y ser lo más específico posible de todo lo que recuerdo, porque esto son de las cosas que te marcan de por vida. Son las cosas que no tienen explicación, que tú retomas y retomas y retomas por dónde y definitivamente fue algo que yo se lo dejo a la voz de los demás. Si fue un milagro, si fue una señal, si fue un mensaje. Para todos ustedes, o sea, saquen conclusiones. Atención porque aquí viene la bomba y aquí es donde empieza a ver