Un Estímulo Santo

Bueno, pues vamos a continuar, vamos a abrir nuestras Biblias en Romanos 11, Romanos capítulo 11.

Vamos a continuar con el estudio en la carta a los romanos. Este domingo vamos a meditar en versículo 11 a versículos 16, Romanos 11, versículos 11 al 16.

Le voy a dar lectura y dice así, digo pues han tropezado los de Israel para que cayesen en ninguna manera, pero por su transgresión vino la salvación a los gentiles para provocarles a celos.

Y si su transgresión es la riqueza del mundo y su defección la riqueza de los gentiles, ¿cuánto más su plena restauración? Porque a vosotros hablo, gentiles, por cuanto yo soy apóstol a los gentiles honro mi ministerio, por si en alguna manera pueda provocar a celos a los de mi sangre y hacer salvos a algunos de ellos.

Porque si su exclusión es la reconciliación del mundo, ¿qué será su admisión sino vida de entre los muertos? Si las primicias son santas también lo es la masa restante y si la raíz es santa también lo son las ramas.

Bueno, le di un poco más de lectura, pero para que podamos entender un poquito el contexto.

Así que bueno, vamos a vamos a orar por esta palabra. Padre, te damos gracias por tu misericordia, señor, al permitirnos venir, señor.

Y delante de ti, señor, con la ayuda de tu espíritu, poder abrir tu palabra, poder meditar en ella, poder, señor, conocerte más, poder también conformar nuestras vidas a tu voluntad y caminar.

En rectitud, señor, pedimos que nos ayudes a poder tener mentes dispuestas, corazones dispuestos, señor, a recibir tu palabra para que de mucho fruto.

Padre, te doy gracias en el nombre de Jesús. Amén. Uno de los aspectos pienso que más descuidados cuando leemos estos pasajes es el tema de la salvación.

Aunque es constante el tema de cómo Dios salvó a su pueblo, de cómo el Señor es rico en misericordia, creo que perdemos mucho de vista el aspecto o el punto al cual se refiere Pablo.

¿A qué me refiero cuando digo que es uno de los aspectos más descuidados el tema de la salvación cuando venimos a estos pasajes? Es porque siempre venimos ya con una idea de una distinción entre judíos y gentiles.

Venimos a estos pasajes y decimos, bueno, hay dos pueblos. Por un lado tenemos a estos gentiles que han recibido gracia, que han recibido misericordia y por otro lado están los judíos, ¿verdad? Tercos, necios, duros de corazón.

Y en cierta manera nosotros llegamos a esta conclusión porque Pablo ha estado marcando esta distinción en estos capítulos, últimos capítulos, ¿verdad? Él sí habla acerca de una distinción. Por ejemplo, leíamos acerca de cómo Israel se había quedado corto con respecto a la justicia. ¿Sí recuerdas esto, verdad? Que Israel por medio de querer buscar cumplir con la ley, pensaban ellos que cumpliendo con la ley ellos se iban a salvar. Y grave error.

Y por otro lado Pablo nos está hablando de cómo los gentiles simplemente por el hecho de haber creído, de haber tenido fe, ellos fueron introducidos a la familia del pacto.

Entonces Pablo en cierta manera sí hace una distinción, pero esta distinción no es en términos de, bueno, tengo a un pueblo que es el pueblo preferido o un pueblo más amado y bueno, pues el otro pueblo no es tan amado como el primero.

Esa no es la distinción que Pablo está queriendo marcar cuando habla de gentiles y judíos. El punto principal al cual Pablo quiere llegar es hablar de la soberanía de Dios en la salud.