

Description of Una canción de mar en Cadena Ser
Entrevista a Juan Luis Gomar Hoyos con motivo de su libro Una canción de mar.
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Templen sus nervios. La disciplina es tan importante como el valor.
La Cherón es un hueso duro de roer. Tienen el doble de cañones y el doble de hombres.
Y venderán cara su vida.
Ellos pretenden apresarnos.
No quieren que suframos daños. Su codicia será su perdición.
Amenazan con invadir Inglaterra.
Este barco es nuestro hogar.
Este barco es Inglaterra.
La tercera aventura de Despertaferro se titula Una canción de mar.
La ha escrito Juan Luis Gomar Hoyos.
Hola, Juan Luis. ¿Qué tal? Muy buenos días.
Muy buenas, David. ¿Qué tal? Muy bien a todos.
Gracias por acompañarnos.
Te puedo confesar una cosa, Juan Luis.
Y lo voy a confesar también a los oyentes.
En muchos momentos de tu novela he estado a punto de dejarlo todo e irme a enrolar a la Escuela de Guardamarinas de Marín.
Lo cuenta de una manera tan bonita lo que pasaba en uno de esos barcos que con bandera española navegaban por los mares a vela.
Que le daban ganas a uno de coger el petate e irse para allá.
Opinión personal, simplemente.
Vamos ya con el libro.
Un libro en el que Juan Luis nos traslada a los últimos años del siglo XVIII.
Último tercio del siglo XVIII.
Con un protagonista, José Damián de Aiscorri.
En diferentes aventuras.
Es que sabes lo que pasa, Juan Luis, que me muerdo la lengua para no desvelar demasiado porque entiendo que parte de la intriga del libro también comparte lo bien que yo me lo he pasado.
Pero si hay algo que yo tuviera que destacar de este Una canción de mar y una cosa que también entiendo tú has querido dejar clara es el impresionante desarrollo tecnológico que suponía poder poner sobre el mar estos barcos.
No hablo de que los barcos floten.
A mí ya me parece sorprendente que algunos barcos como el Santísima Trinidad pudieran flotar.
Hablo de la especialización de la marinería, de la formación de los guardiamarinas.
Yo hacía un paralelismo mientras te leía y decía que para que se haga una idea la gente de lo que era uno de esos barcos de la Marina Española, de la Real Armada Española, lo más parecido hoy en día podría ser un cohete espacial.
Absolutamente. El símil es de los más acertados.
Los barcos de aquella época, los navíos de línea eran la punta de la tecnología.
Requerían muchísimos conocimientos acumulados tanto en la fabricación como en el uso de esos barcos y las tripulaciones tenían que tener una preparación equivalente a la que ahora tienen los astronautas.
Hablamos de algo que es muy difícil de llevar y sin embargo tenemos a miles de personas encerradas en un barco pequeñito yendo de un sitio a otro y luchando de forma efectiva.
Pequeñito o un poco más grandecito. Es verdad que en la inmensidad del mar todo es pequeño.
Pero, por ejemplo, el Santísima Trinidad, que es un barco que es el culmen, podríamos decir, de esa tecnología.
Para que nos hagamos a la idea, descríbenos cómo era ese barco, las dimensiones, yo que sé, comparado con algo que podamos entender hoy en día.
Pues pensemos en un barco de unos 60 metros de quilla, como se decía en la época, y tres cubiertas sobre el nivel del mar.
O sea, tres pisos sobre el nivel del mar.
Exactamente. Más la cubierta principal, que es la que está expuesta a 20 hemperios, más otro nivel debajo del nivel del agua.
O sea, como un piso, como un edificio de cuántas plantas sería, más o menos, para hacernos a la idea de alto este Santísima Trinidad.
Pues sería como un edificio de tres plantas.
Y eso era un barco que flotaba, que navegaba y que se manejaba, además, deliciosamente por algunos de los personajes que aparecen en este libro.
¿Cómo llegas tú a esta historia, a una canción de Mar Juan Luis? Pues mira, yo soy muy aficionado a escuchar pocas historias y a leer.
Primero por afición y después porque como autor siempre tengo la antena puesta escuchando historias. Fue en un Pocah de Historia, en Menú Martí, cuando Pocah con el Mar Juan Luis.