Una sociología del Heavy Metal. Hartmut Rosa

Cuando los monstruos rugen y los ángeles cantan, con el subtítulo Una Sociología del Heavy Metal, es un libro del sociólogo y filósofo alemán Hartmut Rosa, una de las voces más importantes en materia de ciencia social actualmente en el mundo occidental y declarado amante de este género musical. Publicado en alemán en 2023, no se encuentra aún traducido al español.

¿Cuáles son los motivos que llevan a millones de fans en todo el mundo, entre ellos al mismo Hartmut Rosa, a adorar el heavy metal y hasta concebirlo como lo más importante de sus vidas, mientras que los no fans e incluso algunos especialistas musicales lo describen como una música insoportable? La sociedad tradicional dividió al mundo entre lo puro y lo impuro. Y el rock ocupaba el espacio de lo impuro, al tiempo que sus seguidores eran vistos como quienes han vendido su alma al diablo. Para esta mirada tradicional, el metal se considera el caballo de Troya de Satanás. Según Rosa, esta música permite acceder a una forma de experimentar el mundo, no de teorizarlo mediante una explicación intelectual del universo. La falta de esa explicación intelectual en el heavy metal hace que gran parte de los pensadores críticos de izquierda la vean como una música conservadora y apolítica, incluso reaccionaria. Sus álbumes y canciones no contienen ninguna teoría, no ofrecen ninguna interpretación política.

Se trata de crear un contacto vivo, sensible, físico, emocional, ardiente e intenso con la realidad. Y Rosa se propone abordar esa experiencia que abre el foco mental para ingresar mediante ritmos y armonías a las esferas existenciales. ¿Qué produce el hard rock en sus oyentes? ¿Qué les hace? ¿Por qué esta tendencia musical no ha desaparecido después de más de medio siglo de iniciada? ¿Qué se siente cuando Iron Maiden irrumpen en el escenario con una luz cegadora acompañada de un muro de sonido o cuando Metallica conmemoran en el escenario la muerte de su bajista Cliff Barton? Heaven and Hell, Cielo e Infierno de Black Sabbath está considerado como el mejor álbum metalero de todos los tiempos, publicado casi al unísono con otro disco histórico, Iron Maiden. ¿En qué parte de nuestra cultura podemos encontrar una visión tan totalizadora que roce al mismo tiempo las cosas más elevadas y las que se hunden en el abismo? Quizás en la religión se encuentre una experiencia similar, dice Hartmut Rosa, pero ya casi nadie va a la iglesia.

También en el cine o en la literatura, pero se trata de un acceso visual e intelectual al mundo, mientras que la música del metal lo hace con el oído y el cuerpo entero. El musicólogo y filósofo Rainer Bayreuther identifica en el metal una fuerza capaz de arrancar al oyente de la comodidad de una recreación musical agradable y previsible, para proyectarla en experiencias cuasi-religiosas de trascendencia que lo acercan al efecto que produce la música sacra clásica. Como decía Nietzsche, cuanto más se aspira el alma al cielo, más se sacude la bestia de sus cadenas. Y el heavy metal desata constantemente monstruos que eructan gruñidos salvajes al son de guitarras saturadas, pero detrás de sus sonidos distorsionados se ocultan armonías de gran pureza y belleza, y en sus riffs de guitarra hay un deseo de redención.

La técnica del riff se basa en la distorsión de los sonidos de la guitarra de los que emerge tensión y mordacidad, y al oyente le da la impresión de una profundidad insondable, mediante un sonido que pierde su naturaleza inofensiva y aparece como algo vivo. Desde la perspectiva sociológica surge la pregunta sobre las características de los fanáticos del metal, y en todos los casos lo primero que aparecen son respuestas estereotipadas que rozan el prejuicio. ¿Cuál es el estrato social que se abraza con pasión al metal? La primera respuesta es que el heavy metal proviene originariamente de la clase trabajadora. No es casualidad que en el corazón metalúrgico de Inglaterra, en Birmingham, hayan nacido dos bandas pioneras del heavy metal, Black Sabbath y Judas Priest.