Una visión crítica de un Papa crítico (CARNE CRUDA #1500)

Queridos hermanos y hermanas, con profundo dolor debo anunciar la muerte de nuestro Santo Padre Francesco.

Toda su vida ha sido dedicada al servicio del Señor y de su Iglesia, en modo particular a favor de los más pobres y marginados.

Por sus palabras le conoceréis más que por sus actos.

Francisco ha sido un Papa más avanzado en sus gestos y discursos que en los hechos.

Ha cambiado más la mentalidad que la materialidad y el materialismo de la Iglesia.

Pero aún es poco en un momento en el que el mundo ha virado hacia la oscuridad.

En la batalla cultural, Bergoglio fue un aliado de la luz y el progreso.

Fue un Papa ecologista y pacifista que se atrevió a denunciar cómo el capitalismo está destruyendo al planeta y a las personas.

Su primera encíclica fue para advertir del cambio climático.

Su primera misa fuera de Roma se celebró en Lampedusa por los migrantes.

Sus últimas palabras también fueron para ellos y para los vulnerables, a los que siempre puso en el centro.

Y para los palestinos, a los que defendió de la barbarie israelí.

Y por el desarme frente al rearme.

En pleno belicismo, fascismo y neoliberalismo el Papa iba en dirección contraria.

Y por eso le odiaban en la internacional reaccionaria y en la Iglesia más conservadora donde llegaron a rezar por su muerte y donde le han despedido con tibieza o indisimulado alivio.

Pero el Papa Rojo, como le llamaban, no lo era en cuestiones de sexo y género.

Fue el primero en nombrar a una mujer como ministra de un organismo vaticano, pero poco o nada han avanzado en la Iglesia las mujeres que siguen sin poder dar misas o impartir sacramentos.

Contra su derecho al aborto fue implacable y llamó sicarios a los médicos que lo practican.

De la homosexualidad dijo que él no era quien para juzgarla, que no era un delito, una obviedad que no entra en sus funciones, pero que sí era un pecado, o sea, que la acabó juzgando.

Persiguió a la pederastia, apartó a algunos culpables, pero no le dobló el brazo a algunas diócesis que la siguen encubriendo.

Permitió las bendiciones homosexuales, divorciados y parejas fuera del matrimonio, pero dejó que la curia le corrigiese y dijese que serían bendiciones breves e informales.

Con la Iglesia se topó y de la Iglesia formó parte.

La renovó, pero no la revolucionó ni la reformó.

Fue más el gesto que el acto.

Tampoco se puede pedir mucho más a una institución que siempre ha tirado hacia atrás de las riendas de la historia.

Esperemos que ahora nos lleven al caballo hacia la oscuridad y el pasado.

El Papa ha muerto en el jubileo de la Esperanza y Esperanza se llama su autobiografía recién publicada.

Esperanza es lo que necesita este mundo ahora.

Esperanza Spalding acompaña a Nubia García en este amanecer que empieza diciendo atrapada en la ofensa a Dios, busco un nuevo principio.

El Papa Francisco Jorge María Bergoglio murió el lunes de Pascua después de celebrarla el domingo con sus fieles en la plaza de San Pedro con un aliento de voz.

El último aliento antes de fallecer a los 88 años fue un ictus después de una larga enfermedad respiratoria.

En esa aparición dio la bendición pero tuvo que ceder la palabra para que leyeran sus últimas palabras.

En ellas pedía el alto el fuego inmediato en Gaza y el fin de la violencia en Congo, Sudán y Sudán del Sur